Capitulo 64

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Subo los escalones en la entrada de la mansión de Emil pensando si cruzar esa puerta o no hacerlo.

El día está soleado y perfecto para estar al aire libre, el frio cesó un poco y está perfecto para salir a caminar un poco.

Mis lentes de sol cubren mis ojos, no pude dormir muy bien que se diga ya que me entretuve en el trabajo y más con mi frustración de no poder follar como quería.

Es una mierda no obtener lo que deseas.

Suspirando abro la puerta luego de pensarlo mil veces y es más importante mi hija que los problemas que tengo con Emil.

Imagino que en estos momentos por la hora que es están desayunando en el comedor y el olor a comida se apodera de mi olfato.

Sigo el olor a comida hasta llegar al comedor y mi hambre se va a la mierda luego de ver de frente a Emil sentado en su lugar con muy mala cara ya que por lo visto el no durmió nada.

Se le ven ojeras muy marcadas en su atractivo rostro de culo, su cabello está despeinado no como habitualmente lo lleva, su barba de unos días define su rostro. Se ve como la mierda pero no le quita lo hermoso, me está viendo fijamente pero mis lentes de sol no le permiten hacer contacto con mis ojos.

-¡Madre! -chilla con emoción Ekaterina y dejo de ver a Emil para luego quitar mis lentes y dirigir una mirada a mi princesa regalando le una sonrisa.

-Hola bebé -le digo sonriente, ella borra sus sonrisa, me ve muy seria y se ve igual que Emil al hacer ese rostro.

-Madre no soy una bebé -dice con el seño fruncido -soy una señorita -dice levantando la barbilla.

Río por su elegancia, Emil si que le enseño bien aunque necesito que actúe más como una niña de su edad.

Me siento en mi lugar habitual y trato de recuperar un poco de apetito comiendo un poco de huevo con pan tostado y café para que le dé energía.

Siento la mirada de Emil pero no giro lo vista a él en ningún momento ya que lo que menos quiero es insultarlo enfrente de nuestra hija.

Además todavía está pendiente la plática en la cual incluye a Ekaterina viajando lejos de aquí sin estar el incluido en la ecuación.

Al terminar de comer Ekaterina pide permiso para retirarse de la mesa y Emil se lo da haciendo así que ella se vaya y quedando los dos solos.

Me levanto de la silla para igualmente marcharme de aquí pero si voz me hace detener mis movimientos.

-Necesito hablar contigo -dice Emil.

Cierro mis ojos ya que no quiero hablar con el en estos momentos no quiero que mi hija se joda tan temprano.

-No tenemos nada de que hablar Emil -digo sin verlo.

-Si que lo tenemos y eso se hablará ahora mismo -dice mientras escucho como sus silla se mueve producto a que el también se levantó de ella.

Sin decir nada sigo mi camino fuera del comedor, siento sus pasos tras de mi pero lo ignoro por completo.

Subo las escaleras ya que le voy a vestir con ropa más adecuada para poder bailar cómoda con mi princesa.

No termino de subir tres escalones cuando una mano se posa al rededor de mi brazo impidiendo que siga mi camino.

-¿Que mierda quieres Emil? -digo tratando de no explotar -¿Piensas seguir diciendo lo puta que soy?

El no dice nada y veo en sus ojos algo de arrepentimiento pero es muy fugaz que parece no haber estado ahí.

Cruel Amor +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora