Decisión

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Salgo de la casa del curandero después de escuchar el estado de salud de Gerald, aun no puedo creer que Kass haya permitido que lo atacaran de esa forma; se me hace difícil pensar las consecuencias que traerá lo sucedido. Esa bestia que sigue a mi luna es un lobo nórtico, teniendo en cuenta la manera en la que los cazadores jugaron con su genética quien sabe en que pueda terminar convirtiéndose Gerald todo por culpa de… por mi culpa, por no ser un buen alfa y dejarme llenar de miedo hasta el punto de haber afectado a mi pareja.
Me pregunto ¿Dónde estás? ¿Nos extrañas? ¿Piensas en el pequeño James? No conozco las respuestas a mis preguntas pero de alguna u otra forma debo hacer que se detenga, debo lograr que Kass vuelva a ser el chico que era, no puedo dejar que la luna de mi manada se convierta en un ser causante de dolor, muerte y tristeza, no puedo permitir que el padre de mi hijo y la persona que amo, se convierta en un genocida.

— Kyle— respiro profundo antes de girar para enfrentarme a mi suegro con quien no tengo una muy buena relación últimamente.

— ¿Sucede algo?— pregunto viendo al hombre mayor.

— ¿Le hicieron daño?— pregunta con el ceño fruncido— si lastimaron a mi hijo no los perdonare— habla molesto.

— Creo que… quienes fueron lastimados son otro— respondo sintiéndome molesto, culpable y avergonzado— Kass lastimo a muchas personas ya— bajo la mirada tratando de encontrar las palabras adecuadas para lo que diré a continuación.

— No lo hace por gusto, todo lo que está sucediendo es debido al desequilibrio emocional que está sufriendo. Quien más sufre en esta situación es mi hijo— puedo ver en su mirada que teme a algo.

— Enviare a los rastreadores, daré la orden de caza—  puedo ver como la expresión en su rostro pasa de preocupado a molesto y de molesto a indignado.

— ¡Es tu pareja!— exclama acercándose a mí.

— Lo sé— respondo con voz firme— y por qué lo es debo detenerlo, no puedo dejar que siga con lo que hace—  no cambiare de opinión, debo detenerlo aunque me duela en el alma lastimarlo.

— Todo lo que sucede es tu culpa— habla con la mandíbula tensa susurrando cada palabra.

— Y por eso me hare responsable de parar esta situación— lo miro directo a  los ojos demostrándole lo determinado que me encuentro.

— Alfa— veo por encima del hombro de mi suegro al grupo de lobos que pedí antes que vinieran.

El peso en mi pecho se hace tan oprimente que me impide casi respirar, las miradas de mis lobos quienes esperan sus órdenes y la de mi suegro lleno de odio me taladran con diferentes emociones pero igualmente demandantes. Sé que lo que hago puede ser condenado por la misma luna, sé que muchos lobos y muchos emisarios me verán como un lobo bastardo que lastima a su propia luna pero es algo que debo hacer, como también debo exhortar a la parte de mi manada que se niega a tomar mis órdenes como su legítimo líder, aquellos que han tomado a Kass como su único líder y quienes corren gran peligro al intentar encontrarlo para unirse a su cruzada homicida.
— Espéranos por sus órdenes — Ronald el líder de los rastreadores habla bajando su mirada como muestra de respeto.

— No dejare que hagas esto— miro al padre de mi pareja quien me reta.

— Intente detenerme— mis ojos se encienden en rojo mostrando mi enojo— Kassie, se ha convertido en una inminente amenaza para esta y todas las manadas, además de otras criaturas sobrenaturales— los diez rastreadores me dan una mirada antes de volver a ver al suelo— por lo tanto les ordeno encontrarlo y reportármelo de inmediato, eviten en lo posible enfrentase a él pero… si no tienes más opciones, redúzcanlo y captúrenlo usando la fuerza si es necesario—  calvo las uñas en mis palmas cuando apretó mus puños tan fuerte como puedo.

— Tengo una pregunta Alfa— Ronald me mira.

— ¿Qué es?— pregunto.

— ¿Qué debemos hacer con esa bestia lobo?— pregunta.

— Es un lobo del norte, una criatura muy poderosa y feroz, pedí al emisario preparar algunas cosas para ayudarlos en caso de un enfrentamiento. Si no es necesario no se expongan, ya hemos tenido suficientes muertes—  espero que este haciendo lo correcto.

— Partiremos de inmediato Alfa— asiento al escuchar sus voces.

— No me reces a mi hijo— las palabras del padre de Kass me apuñalan en corazón pero lo he decidido, detendré a Kassie.



Bajo las escaleras hasta llegar a la primera planta de la casa de mi madre, el aroma de James me guía hasta la cocina donde encuentro a mi madre y a la señora Thomas quien sostiene a mi pequeño hijo quien parece dormir plácidamente en los brazos de su bisabuela. Miro a mi madre saludándola cortésmente al igual que a la matriarca de la familia Thomas, sin parar de sonreír me acerco a la mujer destapando la cabeza de James la cual había estado cubierta con una delgada manta. El invierno se acerca y los días empiezan a enfriarse, es mejor abrigarlo bien, aunque es un lobo no debemos descuidarnos y confiarnos. Solo con mirar su linda y regordeta carita puedo olvidar todos y cada uno de los problemas que tengo que resolver, James cada día crece un poco, es un poco raro ya que aun siendo un bebé puedo sentir su lobo algo que por lo general se inicia a notar del primer año en adelante siendo esa la edad más prematura pero James apenas y está por cumplir los cinco meses de haber nacido.
— Ha estado un poco inquieto— miro a la señora Thomas— milagrosamente se tranquilizó cuando llegamos aquí— dice sonriendo un poco.
De la familia de Kass su abuela es la única que no me culpa de nada aun cuando sé que soy el culpable, también es la única que está de acuerdo en detener por cualquier medio a su nieto. No es que no le importe lo que pueda sucederle sino que piensa como yo, ambos sabemos que a Kassie no le gusta lastimar a los demás sin necesidad, sabemos que cuando el trance en que se encuentre pase la culpa lo abrumara haciéndolo sufrir sin la posibilidad de poder ayudarlo, por eso preferimos detenerlo ahora que dejarlo hacer lo que cree es lo correcto y verlo sufrir después.
— Sus dos padres no están con él, creo que teniendo eso en cuenta se ha comportado muy bien— comento acariciando su pequeña cabecita.

— Mico mi dijo lo que hiciste— dice la mujer mayor viéndome.

— No hay otra opción— hablo sin verla.

— Cuándo lo encuentren ¿Qué piensas hacer?— pregunta haciendo que levante mi mirada.

— Luchar con todas mis fuerzas— respondo viéndola a los ojos.

— No es fácil ir en contra de un ser amado— sonríe un poco.

— Es más difícil ser testigo del daño que ese ser amado causa a otros y así mismo sin hacer nada para detenerlo—  respondo a sus palabras.

— El piensa que hace lo correcto— dice.

Sonrió al pequeño James antes de dar dos pasos hacia atrás para poder ver claramente a la anciana quien de igual manera me mira fijamente. De alguna manera es como si ambos supiéramos en que terminara esta conversación pero nos vemos obligados a concluirla.
— La percepción del bien y el mal es relativa dependiendo en qué lado de la historia estemos, pero eso no cambia el hecho de tener que asumir que alguno está realizando el mal y debe ser detenido aunque muchos no crean que hizo lo correcto—  miro a la mujer quien solo asiente sin decir una palabra.

— ¿Qué piensas hacer? — miro a mi madre cuando cuestiona.

— Lo necesario madre— respondo.

— Estoy, ven a mi si necesitas ayuda— dice antes de volver a sus labores.

— Gerald despertó— Keren entra tan rápido que es casi imposible de ver.

— Vamos— digo al instante.


Entro en la casa del curandero esperando encontrarme con una gran situación pero en su lugar lo que encuentro es a un lobo casi tan grande como yo al estar transformado quien protege a un vampiro tras él. El pelaje de su lomo crispado y sus colmillos mostrándose indican que cree estar en peligro pero… ¿Por qué todos siguen aquí? Todos saben que un lobo protegerá a su pareja hasta la muerte si es necesario.
— Todos salgan— ordeno en voz alta.

— Alfa— el curandero se acerca— tenemos que retenerlo, en todos mis años jamás vi a un neófito convertirse de esa manera y sobre todo ser tan fuerte— habla rápidamente.

— Salgan de aquí— ordeno nuevamente— o ese lobo los destrozara—  frunzo el ceño al sentir la vibra amenazante de Gerald dirigirse a todos en esta habitación.

— Tenga cuidado alfa— dicen algunos lobos al salir.

— Vacco— llamo al rubio tras el lobo.

— ¿Qué debo hacer?— pregunta con voz tensa.

— Cree que estas en peligro, los vampiros y lobos somos enemigos naturales, debes hacerle saber que todo está bien, es un lobo especial y podría causar mucho daño si llega a perder el control— explico.

— ¿Cómo hago eso?— pregunta.

— Cada lobo es diferente, debes saber lo que Gerald necesita para calmarse. Hare que todos los lobos se alejen de la cabaña para que no se sienta acorralado pero debes calmarlo— lo veo asentir— ¿Eres realmente un lobo?— susurro al ver los ojos del animal frente a mí.


Nunca en toda mi vida he visto un lobo con los ojos de color ámbar, su esencia también es bastante fuerte y su aroma no es el aroma de un lobo, es un aroma que jamás he percibido de ninguna criatura ¿Qué clase de lobo es Gerald? No siento en el la misma aura que sentí cuando me esa bestia se mostró siendo racional. Por alguna razón siento que en lugar de mejor todo se está volviendo aún más caótico. Kassie sigue desaparecido, Gerald fue mordido por un lobo nórtico, la manada está dividida, mi suegro parece odiarme y aún no sabemos qué consecuencias traerá la muerte de esas bestias junto a ese cazador.
— ¿crees que es conven….—
Mi ceño se frunce y Keren deja de hablar al escuchar los aullidos producidos dentro de la cabaña del curandero. Sacudo mi cabeza sintiéndome avergonzado al estar escuchando tan claramente el resultado de un lobo y un vampiro follando.
Sin decir una palabra les indico a todos los presentes que se marchen, esto es realmente vergonzoso.
— Me dijo mamá que las cosas con el señor Thomas no van muy bien—  miro a Hermes quien camina a mi lado.

— Parece odiarme cada día mas— respondo.

— Diste la orden de cazar a su único hijo— me detengo al escuchar a Keren.

— No puedo solo dejar que siga haciendo daño. Es mi pareja y es mi responsabilidad detenerlo— miro al alfa quien frunce el ceño.

— ¿Estás dispuesto a…—

— Si es necesario— corto su pregunta.


Esto es molesto. Todos se creen con el derecho de reprochar cada una de mis acciones ¿Qué más puedo hacer sino detenerlo? Pueda que todos piensen que tomo decisiones apresuradas y sin pensar pero, esto no es algo que pueda consultar con nadie más, los conflictos de interesas son demasiados y jamás se llegaría a un consenso y las cosas solo seguirían alargándose hasta el punto en que haga algo que realmente lo lastime.

Otro día más, otro día y aun no sé nada de Kass. Una semana ha pasado desde que di la orden, hace una semana mis rastreadores lo buscan por todos las y no hay ni una sola señal de él. La tierra no pudo habérselo tragado ¿Cómo puede alguien que juro limpiar la tierra de criaturas como yo, solo desaparecer? Sea lo que sea que esté haciendo sé que será algo que no podremos evitar si no lo detenemos a tiempo. Su carácter y personalidad lo hacen alguien extremadamente peligroso para todos.
Cada día las cosas se me hacen más difícil, James ya no puede estar sin nosotros, su bisabuela ya no es suficiente para mantenerlo tranquilo, los insurgentes dela manada cada vez son más agresivos en sus opiniones y no deseo subir sobre ellos como si de un dictador se tratase. Otro problema es el de los gemelos, ahora no solo tengo a un vampiro en mi manada si no a aun lobo que no logro entender. Jamás había visto a un recién convertido comportarse de la manera en que lo hace Gerald, no sé si tenga que ver con el hecho de que su pareja esta junto a él o sea el efecto de haber sido convertido por un lobo nórtico lo que lo hace ser tan tranquilo pero manteniendo esa aura agresiva a su alrededor.
— Será mejor iniciar el día—  suelto un suspiro antes de apartar mi mirada de la ventana para ver a James que duerme tranquilamente.

Salgo de la cama con la intensión de tomar una rápida ducha antes de salir para organizar la guardia y enviar a los lobos encargados de comprar las provisiones de la manada. El aroma oxido de la sangre me hace poner en alerta tomando una posición defendida protegiendo a James. Mi mirada recorre la habitación detalladamente pero no hay nada inusual, lentamente camino hacia la ventana percibiendo el aroma mucho más fuerte que antes. Doy una  mirada a mi hijo antes de saltar por la ventana tal cual me encuentro,  camino unos pasos por el jardín sintiendo el frio del aire y la hierba húmeda en mis pies.
— ¿Qué haces en ropa interior fuera de cas..—

Las palabras de mi madre se cortan cuando levanto una de mis manos deteniéndola, frunzo el ceño al no poder percibir la dirección exacta de donde viene el aroma. Giro mirando a mi madre quien entra rápidamente a casa, antes de poder girar nuevamente hacia la calle Hermes y Keren llegan a mi lado desde la casa de al lado.
— ¿Puedes saber de dónde viene?— Keren pregunta con el ceño fruncido.

— No, pero sea quien sea que está herido pronto morirá si no recibe ayuda— hablo oliendo ese tenue pero acido olor en la sangre.

— ¡Alfa!— el grito de un hombre se escucha por sobre la casa haciéndonos a todos girar rápidamente mirando hacia el cielo.

— ¿Ronald?— pregunto recibiendo el cuerpo mutilado de uno de los lobos más fuertes que conozco.

— Caza…cazadores— dice tan pronto cae en mis brazos.

— Tranquilo. ¡Buasca al curandero!— ordeno a Hermes.

— N…no…él… el viene— sus respiración se hace pesada y le cuesta hablar.

— Recuéstate— digo acostándolo en el pasto— Ronald, tratemos tus heridas primer— hablo tratando de detener la hemorragia de donde debería estar su brazos.

— ¡Viene con cazadoras y bestias!— grita usando toda su fuerza.

Miro a Keren al escuchar sus palabras ¿Viene con cazadores y bestias? ¿Qué significa eso? ¿Por qué iria en bus…
Cortando mis pensamientos tomo el cuerpo del Ronald quien se desmayó quizás por el sobre esfuerzo y la gran cantidad de sangre que ha perdido. Con ayuda de Keren lo adentro en casa dejándolo en la pequeña sala de tratamiento en casa de mi madre mientras viene el curandero veo a mi madre tratar de ayudarlo.
— Kyle— mi cuñado me habla con sentimientos en su voz.

— Lo sé— es lo único que digo.

— Si él llega…—

— Será una masacre— termina su oración.

— ¿Qué haremos?— pregunta en el momento que el curandero entra seguido de Hermes.

— Hermes— llamo a mi hermano quien se acerca rápidamente— ponte al frente de la evacuación de la manada, no hay que llevarlos a la cueva, será mejor la ciudad, usemos las bodegas que tenemos y el hotel…—

— Espera— soy detenido por Hermes— ¿Qué dices?— pregunta confundido.

— Debemos evacuar la aldea, él viene y no viene solo— respondo a su pregunta.

Lamento si hay demasiados errores, termin de escribirlo en mi telefono.
Esp ro les guste.

MI CHICO OBSTINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora