Te Reto A Mirarme

8. La Fiesta II

Ahora sí que no se la esperan ;)

La Fiesta II

El tatuaje detallado y bien elaborado, de una serpiente negra muy llamativa era la que tomaba y me llevaba del brazo.

Conciencia por favor, ayúdame.

Disculpa pero estoy fuera de servicio, tú dijiste que no me quieres ahora mismo.

Me retracto.

Muy tarde.

No... ahh genial.

Hora de reaccionar.

–¡Ey, no! Suéltame Karsten– Reaccionando mejor, intento forcejear con el brazo de él pero sin éxito ya que cada que tiraba de mi brazo, su brazo se marcaba y no podía moverlo en absoluto, maldito.

Pero él hacía caso omiso, mirando al frente como si no le importara. Genial y lo mejor es que no puedo mover a este gran, estupido y atractivo tractor.

–Karsten dije que me sueltes– Seguí forcejeando con él, era totalmente inútil.

– Y  bien, llegamos.

No me di cuenta en que momento Jack estaba a nuestras espaldas, así que volteó a verlo confundida.

–Solo me encargo de que cumplan el reto, ahora entren– Explica sonriendo de lo más normal.

–¿Qué? No espera ¡ey! Espera.

Empiezo a sentir como Karsten tira de mi brazo para entrar a el dichoso armario. Ya fue inútil forcejear con él así que intente que no me llevara caminando a otro lado, pero de un solo tirón me metió directo al armario de ese pasillo.

–Disfruten sus siete minutos en el cielo– Comenta divertido mientras escucho que hace algo con la puerta.

–No, espera Jack.

Intento abrir las puertas del armario, pero no lo logro, pero como-

–No podrás abrirlas, las cerró por fuera.

Bufé.

–idiota– Murumure bajo y seguía intentando abrir las puertas de ese armario.

Él vuelve a reír entre dientes y muy bajo, dios que insoportable que se vuelve. Ya enfurecida lo volteó a ver quien por el algo la mediana estatura del closet y lo veo fijamente.

–¿De que te ríes?

–De ti –Habla pacíficamente y sonriendo.

–¿Y se podría saber por qué? Porque, sinceramente no le veo nada de gracioso esta situación.

–Tranquila, no lo hago con la intención de ofender– Levanta las manos en son de paz algo que me hace enojar aún más y poner roja.

Maldito alcohol y sus efectos, no solo soy fácil de enfurecer, si no me pongo roja por todo, maldita sea tener a alguien a solas, en un closet y sobre todo el no creo que sea la mejor idea en este momento y mundo.

Se ve tan, atractivo con esa poca luz golpeando pequeñas partes de su rostro bien definido, al moverse un poco esa pequeña luz que sale de las pequeñas aberturas de el armario hace que sus ojos tomen un color más profundo y hermoso, un infinito más atrayente que me hace querer verlos de muy cerca, demasiado serca.

–¿Sonrojada a media fiesta, pulga?

Toco mis mejillas y siento aún más calor de lo que podía admitir, parezco un maldito tomate, no... es su culpa.