12. Super Jack Al Rescate

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Súper Jack Al Rescate.


—Me podrías repetir tu nombre por favor.

—Eh... si, es Sissy Grey— El nerviosismo es algo muy común de mi, pero teniendo en cuenta que este es mi último año en la preparatoria, no me sorprende mi malestar, finalmente, solo he crecido.

Se que solo tengo dieciocho años, estoy a solo un año de salir de la preparatoria y entrar a una universidad, me gustan muchas cosas, será difícil decidirme por una en especial.

La carrera que definirá mi futuro; y lo que me dejará ganancias en la vida. Me encuentro muy ansiosa porque sé que cada paso que dé, me puede dar tanto frutos como batallas no ganadas.

estos miedos que parecen algo o bastante precipitados.

Me han enseñado desde pequeña que las decisiones importantes se deben tomar con cautela.
Supongo que es un miedo principal de todo chico o chica a mi edad, el darse cuenta que al dar ese paso dependemos solo de nosotros mismos y lo que has estudiado todos esos años.

Y también al igual que los otros, el tener un miedo más grande, el no definir desde hace unos pocos años o desde tu inocente infancia si ser una o un astronauta o presidente del país, pero es difícil cuando estás aún más consciente de las cosas, de las consecuencias y méritos en la dura vida.

Note mis miedos y nerviosismos cuando froto mis manos, sentía las puntas de mis dedos congelarse y el sudor se sentía aún más presente por las pequeñas corrientes de aire del lugar.

—El nombre completo .— Terminó agriamente de hablar la tutora, mientras bajaba un poco sus lentes para verme, con una cara que tenía mucho que decir.

—Claro... es Sissy Elizabeth Grey, último año.

—Sé que eres de último año—. Con misma amargura dirigió su mirada al computador.

—Solo ¿Podría darme mi horario? Por Favor — Hable más nerviosa y un poco molesta.

—Dame un momento, niña—. Acomodo sus gafas de manera que quedaron a la mitad de su nariz, me recordó a ese monstruo que parece una especie de babosa con arrugas, en la película de Pixar. Con tanto parentesco, incluso en el suéter de un llamativo rosa coral y unos anteojos semi redondos más por debajo de la nariz, un rostro ceñudo y amargo que la verdad transmitía sinceramente el desprecio hacia muchas cosas.

Esta señora sería la pareja perfecta de mi jefe de la cafetería.

Impaciente y nerviosa, tomé las últimas gomitas de ositos que quedaban en el pequeño empaque y empecé a masticarlas rápidamente. El delicioso sabor de la jalea y azúcar me llenaba de paz ¡Es que son deliciosas! Mis nervios por suerte estaban a la mitad, bien... ahora falta lo demás.

—Bien ya te encontré, aunque no tiene lógica que lo vuelvas a pedir, cuando viniste por la mañana con otra tutora para pedir la copia—Negó con amargura y logre escuchar que murmuraba algo como "estos jóvenes de ahora, se le olvidan absolutamente todo". Esta adultez de hoy en día. Espera... ¿dijo que vine en la mañana por el horario? Pero si eso no puede ser posible, no soy sonámbula. ¿Cómo démonos...?

—Dijo... ¿ qué vine más temprano?— Tenía que sonar confundía y lo estaba, pero, tenía que saber cómo gomitas sucedió eso.

Te Reto A MirarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora