Madrid, España, Diciembre de 2003
Aquellos días, se almacenaban en un hueco mudo de la memoria de una mujer que prefería apaciguar la fiera y perdonarle la vida a su mejor amigo por haberle arruinado el sueño de incorporarse a la élite del CNI.
Joya invaluable del ejército español, sudor del Dios bélico, terror del pueblo.
Emiliana Berrote, residía en las tropas doradas del ejército. Poseía todo, todo lo que su padre festejaría descorchando una buena bebida, sangre de Dios, sangre de su sangre.
Nacida no para la muerte, sino para la victoria a toda costa, llevaba un caudal de víctimas con las que intentaba escalar en su status del poder. No, en la espalda no las cargaba porque no sentía un mínimo de culpa. El atisbo de una mala psiquis había arrastrado hacia la tortura extrema a los ingresantes del ejército y a cualquier pobre alma que se le cruzara entre las cejas. Esa mente despiadada se traducía como gloria suya, no con bondades el ejército argentino había derrocado a más de un desviado y sus cuadros de honor, eran frutos de la bestialidad de sus entrañas.La victoria, fijada en el centro de sus pupilas permanentemente hasta el cesar de sus latidos. La burocracia, el vigilar y castigar y todas las corrientes del poder, en ella adquirían la adicción, la enfermedad incurable.
— Intenté robar a la Fábrica Nacional de Moneda porque mi hijita está enferma, no es por avaricias materiales. Por favor...— aquel Don Nadie, rogaba de rodillas nada más y nada menos que su vida ante esa extraña agente, que había descubierto su crimen y sin dudas superaba a todo pabellón imaginario. Las enfermedades no distinguían entre ricos y pobres: No le perdonaban a su niña de siete años la vida, ni a él la suya. Porque quien rompía sueños y derrochaba retazos de ilusiones, también estaba enferma.
No existía infierno que pagase tales crueldades inhumanas, le había visto ese azul en los ojos, tan eléctrico que el cuerpo daba sacudones de terror ante los azotes. ¿Acaso no tenía sensibilidades? Don Nadie, cautivo de su libertad, en la culpa eterna por haberle fallado a su hijita y su tratamiento, se tomó el tiempo de pensar en esa mujer de oscuras vestimentas.— Qué repertorio más dramático este, decime tus últimas palabras. Siempre sirve de consuelo un halo de amor antes de la muerte— le habló tomándole el rostro por primera vez en esas interminable oratorio de castigos denigrantes.
— Te conozco, Don Nadie. Sé cuántas cucharadas de edulcorante le ponés al café y cuántos papeles higiénicos usas por semana, te conozco. Sé muy bien cómo caminas y qué suela del zapato tenés más gastada. Te conozco, Don Nadie. Conozco hasta la basura que compostás en el patio y qué discos rayaste de tanto escuchar. Te conozco, sé tus fracasos en la universidad contable y la red clandestina de lavado de dinero te dio la espalda. Te conozco más que tu amor— había sido la demoníaca introducción con la que ella dio pie a ese secuestro que se venía gestando ¿Hacía cuanto? Se preguntaba Don Nadie, porque jamás la había cruzado en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, ni en el club de bochas, ni en ningún otro lado. Si de algo estaba totalmente seguro es de que lo conocía, ¿Cómo había adquirido esas habilidades terroríficamente espías? ¿También le mentiría a las personas de su al rededor? Va, si es que quería a alguna.
Don Nadie, no la conocía pero sabía más que nadie, su habilidad de entrometerse en una vida cualquiera, como la de él, la de un Don Nadie en medio de una ciudad tan grande como Madrid.
Don Nadie, sabía que nadie nunca amaría esa nada misma de espía, porque estaban vacíos. De lo contrario, no se justificaban aquellas torturas, aquel caso omiso a las justificaciones de sus crímenes.— El día que usted sea madre, mamá como le dicen en Argentina, se le retorcerá el estómago y la culpa sentenciará tal y como un dictador dentro suyo. Porque a nadie se le ocurre cometer semejante inmoralidad— emitió el hombre equis, con el rostro ensangrentado y tembloroso. La dentadura brillante de la mujer se dio a la luz en una risa de terror.

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𝓐𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀²
Fanfiction"Las sirenas están sonando y yo sin agua bendita" Continuación de "Agente Sierra" LA CASA DE PAPEL temporada 5 Sierra x oc female