7. El arca de Noé

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SOUNDTRACK:— Entre Caníbales, 1996

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SOUNDTRACK:— Entre Caníbales, 1996. Soda Stereo, MTV UNPLUGGED.

Florencia, Italia, 2010

    Hacía falta el exterminio total, la sangre de facto implantada en su iris copulaba con el cristal de esos anteojos. El exterminio total que al contrario de lo que dictaban las noticias, no se cumpliría con el pasar de una década dentro de una humanidad atacada por el cambio climático. A veces la rueda corría, siendo no apta para impacientes, inextricablemente lenta, insoportable y carente de aullidos culpa de la ira momentánea. El hiperónimo necesario, aquel gran fenómeno que abrazase todo lo que deseaba exterminar, toda esa parsimonia de débiles sensatos se componía de: Las retrasadas condenas rutinarias de la policía y la impecabilidad glucémica de cada uno de los miembros.

El fusil y la pared, era algo que su espíritu militar solía reclamar pero últimamente, al tomar el gustito del mundo del crimen, las perspectivas habían mutado. Las cartas que tiraba en esa partida jugosa de infiltrarse en la vida de Alicia Sierra, eran la incógnita, no había hecho falta un cambio de nombre. Pues consideraba que cambiarse el nombre, implicaría cambiarse el objetivo y no estaba dispuesta. Los fusilamientos, las torturas a muerte eran escenas que solía ver en aquellos primeros meses en el escollo putrefacto del órgano clandestino policial.

Pelirroja decrépitamente débil para todo lo que conllevase la mano dura, sacudía el mentón repleta de sensibilidad, el chupachup se partía enorme entre su boca por la fuerza indómita de sus dientes. La obligación de presenciar aquellos actos, eran considerados de fuerza e importancia civil hacía meses pero la impaciencia la consumía. Las partículas del perfume a rosas de esa muñequita, parecían quebrarle los tensores de la mandíbula a la teniente coronel quien prodigaba la muerte en esos centros clandestinos. 
Su mirada, Dios quisiera que su mirada no existiera pues la existencia de esa mirada derrocaba todo su plan perfecto y la supremacía bondadosa del mundo. La mirada de Emiliana, la amargura que le salía desde las entrañas cada vez que oía y veía a esa colorada repugnante.

— Es como si una fuerza naciente del cielo, quisiera arrastrar consigo la paridad y sacar desde las entrañas un mundo nuevo— afirmó noches después Emiliana junto a Andrés, mirando la Florencia vieja desde un punto de vista privilegiado. Su espalda desnuda se resonó entre sus huesos, la firme posición como modelo para sus pinturas, solía ser cansadora peor cualquier soporte era válido y digno de llevar en la espalda, cualquier soporte excepto esa dulzura. 

— No hace falta una inundación como la de Noé para cambiar el mundo, querida— sonrió él y con la magia de su mimética corporal imitó sostener un fusil. La mujer se volteó al oír los sonidos infantiles de su boca que imitaban el sonido disparador de fusiles terroríficos. La fuerza y sombra de la luz, impactó en esos senos que tantas veces había pintado. Martín, desaparecido y enterrado en las cuestiones ingenieras, no aparecía, quizá era una excusa. Pues no soportaba que su hermana posara desnuda para el amor de su vida.

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⏰ Última actualización: Feb 17 ⏰

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