💙🌹 Mi Fantasma dela Ópera 🌹💙 4°

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Cuándo ambos jóvenes llegaron al hogar de Frankelda, el cuál era una pequeña casita, una sala, comedor y cocina en la misma estancia, un baño pequeño pero con tina, y una habitación sencilla pero bonita con dos ventanas a los costados de la cama de Frankelda, ambos lados con mesitas de noche, con muchas hojas, manchas de tinta y dos porta velas pequeños.

Herneval colocó suavemente a Frankelda en su cama, notando que en su barbilla y muñecas tenía unas marcas que lo alarmaron, pero, guardandose las preguntas para no hacer recordar a Frankelda aquella pesadilla que vivió.

-¿Herneval?- Dijo débilmente la chica, teniendo la completa atención de Herneval, quien la veía con ojos de preocupación.

-Dime Francisca- Dijo en tono dulce Herneval, haciendo que las lejillas de Frankleda se sonrojaran.

-Lo lamento mucho- Estás parabras consternaron mucho a Herneval, quien rápidamente respondió.

-¡No Frankelda! Tu perdoname a mí, no debí haberte dejado sola, soy el único responsable de que hayas pasado por tantas cosas muy desagradables- Respondió rápidamente Herneval, quien se sento al lado de Frankelda, y con ternura acariciaba su mejilla, sin embargo, fue detenido por la mano de Frankelda, quien se enderezó de golpe para abrazarlo con todas sus fuerzas, llorando en su abrigo.

-¡No! Fue mi culpa, no debí confiar en Erik, parecía que en verdad queria disculparse por sus acciones, pero me di cuenta de que no era cierto demasiado tarde; y cuando me mostro ese vestido de novia no pude con la presión; pero todo empeoró cuando le quite su máscara, tan horrible y aterrador,no por su apariencia, sino porqué me lastimó, me gritó y trato de aprovecharse de mí, pero si te hubiera echo caso en quedarme ahí sentada, tal vez nada hubiera pasado- Aquellas palabras enfurecieron a Herneval, desde el hecho de que ese monstruo daño a su amada Frankelda, que trato de propasarse con ella en un arranque de furia, y todavía pretender hacerla su esposa era algo que no podía tolerar; pero no hiba a ser duro con ella, el la recostó nuevamente en su almohada, le curo sus heridas, y beso tiernamente sus labios antes de hacerla dormir.

Después de eso, Herneval llamo a uno de sus sirvientes, enviandolo a buscar a la pequeña Olga y traerla para que le hiciera compañía a Frankelda mientras el estaba en Bellas Artes reportando el incidente con los hermanos.

A los pocos minutos llego la niña, quien pudo intuir rápidamente la situación cuando Herneval menciono que le mensiono que Frankelda no debía volver pronto al Palacio; dejando a ambas con un par de guardias quienes vigilarian los límites constantemente.

Herneval antes de irse beso la frente de Frankelda, mientras tomaba ambas cartas dedicada a cada uno de los dos, apretandolas pero sin arrugarlas, y encaminandose al Palacio de Bellas Artes.

En el edificio, se encontraban los niños tratando de averiguar el paradero de Frankelda, siendo interrumpidos por el Gnomo, quien de manera maliciosa comenzó a asustar a los niños con un lazo de horca teñido de rojo.

-Escuchen niños, tengan cuidado de encontrarse solos en el edificio, o correran con la misma suerte que su querida amiga, ¡Siendo raptados pir el Fantasma!- Colocando en su cueyo el lazo, mientras que los niños corrian despavoridos, soltando unas carcajadas intencionalmente audibles para cualquiera que pasará por el lugar; y dispuesto a seguir con su trabajo, lo primero que recibió fue una certera cachetada proporcionada por Totolina, quien tenía una expresión de furia y severidad que provocó un terrible susto en el Gnomo.

-¡¿Pero que fue eso gallina!?- Replicó el Gnomo, sobandose el cachete recién abofeteado, con una indiferente mueca se disgusto.

-¡Más bien tu bestia, ¡¡¡¿Cómo se te ocurre asustar a los niños con un tema delicado?!!!, Frankelda desapareció y tu lo vez como un juego- Totolina hiba a estallar en histéria por la actitud del Gnomo.

🌹Mi Fantasma de la Ópera🌹💙Sustos Ocultos de Frankelda AU💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora