🌹Mi Fantasma de la Ópera🌹💙Sustos Ocultos de Frankelda AU💙

💙🌹 Mi Fantasma dela Ópera 🌹💙 3°

Frankelda seguía a Erik por un laberinto de pasadisos y túneles subterraneos, ella estaba aún insegura de la situación, todas aquellas preguntas que se generaban a su alrededor, la hizo sentirse mareada, sin rumbo fijo, como si su mente recorriera ese laberinto interminable.

Tomando valor para preguntarle a Erik sobre su vida, al poder distinguir sus facciones y su apariencia, vio que en efecto, era un esqueleto portando un fino traje, sombrero, guantes y una capa llena de detalles ornamentados, buscando en el baúl de sus recuerdos su apariencia, notando también que en su espalda, había una bruma y un bulto que eran aprisionados por la capa; pero lo que más llamo su atención era su máscara, que cubría la mitad de su rostro, notando por debajo de ella oscuridad.

-Disculpa que te pregunté esto Erik, pero... ¿Por qué usas esa máscara?- Tal pregunta sorprendió a Erik, primero, por haberlo llamado por su nombre, y segundo, por hablar sobre su máscara, dandose cuenta de que Frankelda lo había estando observando y analizando su apariencia.

-Veras querida, por un tiempo no use está máscara, hasta que un trágico accidente me obligo a usarla, y a refugiarme en lo más oscuro de las catacumbas, siendo rechazado por los de mi propia especie, y fue así por mucho tiempo, hasta que tú llegaste a mi vida, cuando concluiste tu historia con mi persona volví a recuperar el sentido de mi vida- Erik se expreso de una manera extraña para los ojos de Frankelda, quién en ningún momenti dejo de mirarla, y para concluir, habia tomado sus manos y obligandola a mirarlo cuando confeso que ella era su motivo de vivir, causando en ella una gran incomodidad, notando siertos tintes de sentimientos los cuales ella solo sentía por Herneval, sintiendose dolida de que el la amara sin ser correspondido, o al menos, eso penso por apenas un par de segundos, cuando recordo que él no solo había destruido su privacidad e intimidad al espiarla en su vestidor día con día, que le negara el amar a alguien más que no fuera él, y a manipularla de tal manera que llegara a perder su fuerza de voluntad, haciendola temer por su propia estabilidad emosional, y por su propia vida si es que aún siendo un fantamas pudiera morir.

-Me alaga que piense así de mi Erik, pero, aún no puedo disculparlo del todo por lo que mi hizo vivir estos tres años- Cada palabra de Frankleda hacian engrandecer la furia de Erik, pareciera que ella lograba desifrarlo con cada palabra que salia de su boca, tratando de persuadirla, o hacerla sentir lástima por él para que ella se enamorase de él, sin resultado alguno aparentemente.

-Lo se querida, y no pretendo que me perdones en un futuro muy próximo, pero, si me llegas a conocer un poco mejor, tal vez puedas perdonarme algun día- Frankelda sintió inmediatamente las verdaderas intenciones de Erik, pero quería mantenerse calmada y neutral para que no fuese reprendida por Erik en un arranque de furia inesperado.

-Yo también espero conocerte mejor, asi, algún día igualmente pueda perdonarte- Y nuevamente, la atitud y reacciones de Erik no ayudaban en absoluto; proponiendose tener a Frankelda a su lado como de lugar, pero igual, sabiendo que ella podía escapar en cualquier momento, trataba de calmarse y pensar en soluciones rapidas.

El trayecto continuó con un silencio excesivamente incómodo para Frankelda, quien no dejaba de sentir la mirada de Erik, y trataba de mirar a otras direcciones para mantener a su mente distraída, logrando notar que poco a poco, las catacumbas cambiaban de manera radical, de empezar siendo de un arquitectura de la época y relativamente bien cuidada, a una más antigua y rústica, donde el lago de los canales se tornaban de colores más llamativos a la vista, pero con una sensación de peligro en todas partes, al igual que las estructuras se veian, viejas y débiles, temiendo que hubiese un derrumbe en cualquier momento.

Cuando los túneles llegaron a un fin, ahora había un puente de piedra algo antiguo y lleno de enredaderas entre las rocas qie dejaban grietas lo suficientemente grandes para calzar a la perfección con las plantas.