🌹Mi Fantasma de la Ópera🌹💙Sustos Ocultos de Frankelda AU💙

💙🌹 Mi Fantasma dela Ópera 🌹💙 7°

Las cosas tampoco iban del todo bien en Bellas Artes, Erik había arruinado completamente el ambiente en la fiesta, si no que todo lo que querían ocultar a la prensa salió a la luz, irritando a toda la compañía, siendo difamados de querer arruinar intencionalmente el Palacio para robarle el dinero de patrocinio a los Reyes, haciéndolos parecer unos estafadores de mala clase, y para colmo, lo único que recibían eran cartas de Erik, expresando las especificaciones de su opera, mientras que deliberadamente le agradecía a Frankelda por tan maravillosa historia que inspiro su obra.

Roy y Arturo tuvieron una acalorada discusión con varios periodistas apenas los titulares salieron al público, provocado que la reapertura de Bellas Artes se pospusiera hasta nuevo aviso, lo cuál también había generado innumerables cartas por parte de Erik debido a esta desición.

-¡No podemos seguir así Sirena, si tanto se queja de su rol en está obra, comenteselo al Fantasma, seguro estará más que dispuesto a obedecerle sus caprichos!- Decían Roy y Arturo, ambos estaban cansados de los berrinches de la Sirena por no tener el papel protagónico, delatando que lo único que quería era atención.

-¡Sirena, tu crees que estas mal, pero mírame a mi, tener que compartir más de una escena con Frankelda tampoco es lo que quiero, pero si no hacemos esto al pie de la letra todos aquí estaremos muertos, y la única persona que vivirá será Frankelda, siendo la esclava de ese demente!- Gritó Procustes, nada en aquellas partituras eran de su agrado, más de una vez lanzó y maltrato aquellas hojas para desquitarse con algo, se sentía furioso, y más por el hecho de que podría morir de alguna manera si es que era posible a manos de Erik.

-¡Pero no es justo, porque el si quiere a Frankelda y no a mi, es más que obvio que yo soy la mejor y la favorita del público!- Seguía con su berrinche La Sirena, sin entender la gravedad de la situación, hasta que una bofetada por parte de Totolina la hizo entrar en razón.

-¡¡¡Sirena, ya basta!!! Ya tenemos suficiente con que ese maldito nos quiera asesinar a todos, mira todo el daño que ha causando, y más en el Reino de los Sustos, todo el pueblo evacuó el lugar por la ira de la familia Real, prácticamente el lugar podría ser un campo de guerra y escombros si no hubiese sido reparado; ese demente también secuestro a varios guardias, y prácticamente desapareció sin dejar rastro alguno- Dijo Totolina, sorprendiendo a los presentes en aquel vestíbulo, mientras que le entregaba una carta de Herneval y Frankelda, antes de que los autores de la carta llegarán al lugar con una clara muestra de cansancio y enojo en sus rostros.

-La única forma de atraparlo es hacer lo que dice, así, con guardias en cada esquina y punto ciego de todo el edificio y su exterior serán vigilados, ningún trabajador estará tras bambalinas, todos se quedarán a las puertas de la entrada al teatro- Hablo Herneval llegando con una apariencia deplorable, sus ropas estaban rasgadas y arrugadas, mientras que se notaba en su semblante que si Erik estuviera frente a él lo mataría en un parpadeo.

-¿Quieres que cante para él Herneval?- Frankelda estaba igualmente irreconocible, su cabello estaba desalineado, su vestido arrugado, y su rostro tenía rastros de lágrimas.

-Mira querida, no quisiera hacerlo, créeme que no, pero si no estás presente nada funcionara, si tu no estás, prácticamente todos estaremos en el más allá,y tu serías completamente de él, y no voy a permitir que nadie sufra, en especial tú- Herneval tomo las manos de Frankelda, y con sus poderes, ambos dejaron de lucir desalineados, pasando a tener su apariencia normal, pero con la misma expresión de cansancio.

-Es que no se que hacer Herneval, me aterra, tres años que me hizo sentir misaerable, pondrían haber sido para él muestras de cariño ligeras a mi persona, si eso tan solo fue el inicio, quien me puede asegurar que también estaré viva al final del día- Frankelda había caído al piso inesperadamente, si estaba débil desde la mañana, nada podría hacerla sentir mejor hasta ver muerto a Erik.