MALAS DECISIONES

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TIEMPO: Entre los capítulos 28 y 29
(Después de que ___ cenara con los padres de Aidan y antes de que Hannah se enterara sobre lo que tenían ellos)

EDAD: 18 y 14

EXTRA 1

—Mala decisión—

—Parker y Emma—

—Ajá y se supone que tú eres el que termina arreglando todo— digo sonriendo burlonamente

—¡Sí!— se queja

Parker-Parkercito —murmuro— Sí sabes que no sabes ni tender tu cama, ¿cierto?

—¡Eres mi novia! ¡Deberías darme la razón!— se cruzó de brazos como niño pequeño— Además, se tender mi cama perfectamente, también sé cocinar y... bueno, sé solo eso, en lo que trata del orden no soy bueno.

—Sí, lo sé, cocinas bien.— suspiro y me levanto del sillón que estoy pasando al sillón que está él.

Cojo de las palomitas que hizo y me las atiborro a la boca de un puñado. Miro la película atenta. La verdad ni idea de qué es pero es interesante. Parker suelta una gran bocanada de aire y pasa su brazo sobre mi hombro atrayéndome a él.

—¿Tu mamá no vendrá?— murmuro

—Supongo que en la noche— dice sin importancia— ¿A qué hora tienes que volver?

—Neferet me avisará cuando esté en casa con Aidan para que vaya, debemos estar ambas antes de que mi madre llegue

—Perfecto— me besa la cabeza

Me apego a él aún atragantándome con las palomitas sin importarme cómo me vea. Como que tengo mucha confianza con Parker. Miro el tazón de palomitas un largo rato.

Siento como Parker se tensa y se remueve en el sillón, --algo que empiezo a reconocer fácilmente-- por lo que alzo la mirada hacia él y luego hacia donde ve.

—Åh— sale de mis labios al ver tal escena de la película.—¿No se supone que es.. mas dieciséis? No debería...— tragué grueso por tal intensa escena. Me tensé igualmente. Me sentí tonta por ser una niña.

Me aparté de él incómoda y mi rostro estaba rojo de vergüenza ¿Por qué siempre nos pasaba esto? No era la primera vez.

Él se rasca la nuca tomando el control del televisor. Empieza a adelantar hasta que termine esa escena pero dura mucho y cuando encuentra el final, solo dura diez segundos y vuelve a aparecer esas escenas.

—Dios —desvío la mirada avergonzada. Mis mejillas estaban encendidas y Parker, como de costumbre, tomó un cojín bufando y se lo pone sobre su regazo molesto.

—Me cansé —dijo y apagó el televisor dejando caer su cabeza hacia atrás

Lo miré un rato viendo que hacer. El solía y suele ser un tanto brusco cuando algo llegaba a inquietarle, quería saber si esto le inquietaba, así que volví a mirar al frente en espera de alguna reacción de su parte.

Suspiró y sentí su mirada algo incómoda. Abrió la boca para decir algo pero fui muy estúpida al soltar algo de lo que quizás no debía hacer. Bueno, NO DEBÍA.

—¿Estaría mal intentarlo?

¿Saben lo peor de esto?

Que lo solté como si fuera algo tan simple cuando para mí era algo muy... importante y, por obvias razones, inolvidable.

—¿Ah?— soltó confundido.

—Digo... Esto se vuelve incómodo. Quizás..

—No— dijo tajante

Bueno, es lindo saber que no lo piensa mucho para darme una respuesta directa. Me conoce lo suficientemente bien para saber qué, iba a ser una mala idea.

Me apreté a mí misma las manos, notoriamente incómoda e inquieta. Se suponía que él tenía que ser el inquietado, no yo.

¿Pero saben qué iba a ser una pésima idea? ¿No? Pues aquí está mi mala decisión:

Tome su mano, sin antes de hacer que la mía ya no sudara; Él me miró con atención para saber que quería. Pero no podía decirlo. Quizás sí se me cayó un tornillo a la hora de pintar ayer. Pero definitivamente con lo que ya empecé, no había marcha atrás.

De un momento a otro, él ya estaba sobre mi, frunciendo aún el ceño por todo a lo que le he dejado llegar. Estaba besándome. Literalmente devorándome al dejarle la libertad. Pero aún así, lo sentía demasiado inseguro.

—Espe...—no podía hablar claramente porque no me atrevía a dejarlo de besar y mirarlo.—Em...—Mordí su labio inferior de una forma lenta y, quizás, solo quizás, sensual. Eso provocó que Parker se relajara un poco y soltara algo parecido a un jadeo/gruñido.

Para quedar en una mejor posición, se metió entre mis piernas y sentí un agradable escalofrío pasar por mí e, inevitablemente, solté un pequeño gemido.

¿Por qué demonios no me detuve?

Quizás de saber exactamente de qué trataba, iniciaba y terminaba esto, lo hubiera pensado un millón de veces.

Pero tampoco puedo culpar a personas equis. Sé en qué me he metido. Aunque, tampoco digamos que me habían dado la charla esa típica. Solo unas cuantas veces.

¿Lo más incómodo?

Que tuve un poco de dicha charla con mi enamorado.

Si no fuera que, ambos, después de lo ocurrido, tuvimos que ir a una farmacia/botica por esas pastillas.

¿Lo horroroso?

Que nos miraban mal. Tengo que admitir que me sonrojaba a cada nada. Parker fue el que gastó en eso. Se cuidó pero me dijo que de todas maneras la consumiera. Me explicó lo que puede ocasionar y que no.

¿La decisión final?

No lo volvería a hacer. No quería tomar esas pastillas del día siguiente porque podía ocasionar muchas disfunciones más adelante cuando quieras tener hijos.

¿Qué pasó después de eso entre nosotros?

Hablamos claramente que no lo volveríamos a hacer. Claro, a menos de que uno ya esté a consciencia porque le confesé que lo hice sin pensar.

Él también me soltó que se estaba arrepintiendo. No porque ha sido algo malo y horroroso, solo que, se siente mal porque yo, ¡Tenía catorce años! ¡Y él, dieciocho!

¿Cómo finalizamos exactamente?

Así.

Solté un suspiro y me cubrí con las mantas. No sé como terminamos en su habitación. Sucedió. Mis mejillas estaban un poquito mojadas porque, carajos, dolió como un infierno. Y no pude evitar no soltar lágrimas.

No quería mirar a Parker. Él, estaba claramente desconcertado. Él dio el primer paso después de esto. Lo miré cuando se levanto, se cambió y me miro apenado. Se frotó la cara y se acercó a mí. Me senté. Él se posó frente a mí y luego se puso de cuclillas y me tomó de las manos.

—No esta bien lo que hicimos... Admito que fue bueno pero... Tienes catorce, no debíamos. Ahora...— desvió la mirada, avergonzado. Se detuvo en un punto específico e infló sus mejillas. Dirigí mi mirada hacia donde miró, y mis mejillas se calentaron.—Lo arreglaré después.—se aclaró la garganta—. Tenemos que hablar...—frunció el ceño— ¿Sabes lo que conlleva empezar... algo como esto en tu vida?

Ladee la cabeza confundida. Suficiente para que entendiera.

Y así empezó esto. Terminando en que ninguno de los dos le mencionará a nadie de esto. Yo no le diría a mi hermana, y él no le diría nada a sus amigos.

¡Por favor piensen muchas veces antes de actuar!

Quizás fue una mala decisión, pero sentí que, de alguna forma, Parker lo hizo especial conmigo.

Tu Mirada [Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora