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Después de aquel día, Jeonghan había vuelto a ser feliz sin siquiera notarlo

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Después de aquel día, Jeonghan había vuelto a ser feliz sin siquiera notarlo. Incluso la más mínima cosa, como ver el sol entrar por su ventana era razón suficiente para sonreír como si estuviera de vuelta a la adolescencia, y justo así se sentía. Como un adolescente enamorado, tan sólo que nunca lo admitiría.

Al contrario de lo que pensó, Joshua no desapareció, sino que le escribió durante los días siguientes al encuentro que tuvieron. Poco a poco, esos mensajes y llamadas se fueron volviendo una costumbre, hasta el punto en el que se escribían día y noche sin parar.

¿De qué hablaban? Pues de cosas simples, incluso las más estúpidas e insignificantes, debido a que todo era válido con tal de tener una excusa para hablar con el otro y sentirlo relativamente cerca.

Eran las dos de la mañana y Jeonghan se encontraba con el rostro pegado a su celular debajo de las sábanas mientras sonreía, y es que estaba en una llamada con Joshua donde hablaban de lo que sea que se les cruzara por la mente.

─No tengo nada que hacer mañana ─confesó Joshua.

─Yo tampoco. ¿Qué te parece si vamos a algún lugar?

El castaño sintió el impulso de comerse las uñas.

─Me parece bien. ¿Qué hay del parque de diversiones?

─No me gustan las montañas rusas.

─¿Cómo no te van a gustar? ─preguntó asombrado.

─Me dan miedo.

─¿Alguna vez te has montado en una?

Jeonghan hizo un sonido negativo.

─Vayamos mañana entonces ─dijo aún más convencido─. Estoy seguro de que te va a gustar.

─Si tú lo dices.

─Voy por ti a la una de la tarde.

─Bien.

─Ve a dormir para que mañana tengas energías.

El menor sonrió.

─Voy a dormir porque tengo sueño, no porque me lo dijiste tú ─dijo borde para ocultar que eso lo había descolocado.

─Lo que tú digas, angelito.

Escuchar a Joshua llamarlo así con voz tranquila y somnolienta, rodeado del silencio de la noche, hizo que su corazón latiera más rápido, tanto que pudo sentirlo golpear su pecho.

─Hasta mañana.

─Descansa, lindo.

─Lindo mi trasero ─atinó a decir por los nervios.

─También ─soltó una risita.

─Eres un tonto.

─Pero me quieres.

Behind the scenes ✧ JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora