Uno

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No, no me fui primero, tú te fuiste sin siquiera irte, y ese es el peor de los abandonos.

•••

Tomo un pequeño sorbo de té sobre la inmensa cama, y quizás no era tan grande, pero para Magnus así se sentía. Corrían corrientes frías en su habitación... era curioso, porque nunca pensó en ella como suya antes.

Nuestra...

Siempre se refirió a ella de esa forma. Mirándola bien, jamás sintió antes la inmensidad del blando colchón. Un año sin Alec debía ser reparador... o por lo menos eso le decían.

No se sentía reparado. Nadie lo sabe pero él aún lo extrañada en su corazón, se sentía levemente perdido, como si no tuviera un lugar al que pertenecer. Alec se fue... literalmente se fue.

Era grato, por lo menos lo era conocer que el mismo Magnus no fue la causa. Si él se había marchado era por cuestiones laborales más que otra cosa. Así que sí, no podía escuchar su voz, sentir su piel ni tomar sus besos.

Le escribía, siempre le escribía.

Cartas llegaban una vez por semana y regalos eran enviados en fechas importantes. Cumpleaños, san Valentín, aniversarios.

Los niños parecían vivir en una enorme montaña rusa de sentimientos confusos. Podían estar tristes por la mañana y luego de recibir los obsequios una hermosa sonrisa no se despegaba de sus rostros.

"No sé cuándo es que te llegará esta carta, mis palabras se ven confusas cuando trato de plasmarlas. Mi mayor deseo hacia ti es que estés bien. Ha sido duro estar alejado de ustedes por tanto tiempo, no verlos parece un martirio día tras día. No espero que respondas a mi carta, mucho menos que perdones mi comportamiento, pero siempre veré por ti, por ti y mis hijos. Son todo lo que siempre deseé tener"

"Si he de admitirlo, preferiría mil veces estar allá, sin los diversos problemas que parecen golpear mi puerta cada mañana.

Recibí las pequeñas notas de los niños, me llena de gozo saber que las cosas van bien para ellos, no dejo de pensar en lo tristes que deben estar desde mi partida, se que tuvimos esta conversación muchas veces, se que cuidarás de ellos como siempre lo has hecho pero dejarte esa carga por primera vez durante tanto tiempo me tiene intranquilo"

Magnus lo intentaba, de verdad que intentaba sentirse furioso por tal atrevimiento, porque si de algo tenía razón Alec era precisamente en eso, él se fue.

¡Lo maldice, lo hace todo el tiempo! Lo maldice inconscientemente a él y a su yo interno que quiere pensar que aún lo ama... que no quiere dejarlo partir. ¡Enloquece! ¡Claro que lo hace! Siempre pensando en cómo sigue loco por alguien que no lo ama y añorando sentir su tacto cada mañana al despertar.

Sigue soñándolo... durante cada noche, entregándose a sus fantasías, tira cada maldito regalo que le fue enviado pero termina recogiéndolos al final del día porque teme ser todo lo que alguna vez tendrá.

Llora.

Grita.

Se enfurece.

Ruega a los cielos encontrar una respuesta a esto, al porqué de su abandono. Cierra los ojos y suspira.
Se dice "Esta es la última vez, prometo que esta lo será" pero los días le hacen ver que sus palabras no valen nada porque siempre hay otra.

Tiene citas todo el tiempo con la esperanza de acabar con su recuerdo y solo consigue entristecerse, todos son lindos y atentos, siempre mostrándole que son dignos de su interés. Pero cada minuto a su lado le recuerda que no son Alec... que no tienen esos hermosos ojos azules, ni esos malos chistes que lo hacen reír a carcajadas, ni esa sonrisa ladeada cada que voltean a verlo, ni son tercos y obstinados, y sobre todo, no están desesperados por él, no lo hacían sentir especial. Como si fuera la estrella más brillante en el cielo y debiera ser amado. Solo tratan de verse bien ellos mismos.

Todo concluye ahí.

Siempre volviendo a Alec, dejando que la herida se cierre y se abra a su antojo.

Así que sueña, sueña que va a volver.

•••

¡¡Hola a todos!!
¿Que tal están?

Espero que les guste este nuevo capitulo, la historia será bastante confusa y exasperante pero tranquilos. Todo tiene un fin.

Disfruten su fin de semana y nos leemos hasta el siguiente mes.

¡Hasta luego!

Si quieres que me quede - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora