Cinco

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El amor es hermoso... hasta que comienza a doler.

•••


Él es demasiado, incluso para alguien como él lo sigue siendo y quizás es por ello que todo este tiempo no ha podido sacarlo de su cabeza, que no ha podido sacarlo de su corazón. Inclusive sí estuvieron separados durante tanto tiempo, conserva cada cosa que le ha dado.

Aún tiene el suave sonido de su voz, se mantiene fresco, dulce y embriagador.

Más de una vez lo imagino recargado sobre el marco de la cocina, percibió el pesar de sus ojos al verle cocinar, o el sentir de sus pisadas para llegar a él.

Cuanto no imagino el sabor de sus besos, el calor de su aliento sobre su garganta, el rozar de sus duros dedos sobre la piel. Extrañaba el peso de su cuerpo contra el suyo, el tranquilizador espacio entre sus brazos, el océano que era su mirada, el hablar que halagaba al pasar.

Seguia aferrado sin motivo, o quizás no.

Él fue el motivo por el que esperaba salir de clases, el motivo por el que deseo algo más allá que sonrisas coquetas y toques furtivos. El aliento se le atascaba cuando lo admiraba en una sala, casi asiéndolo ahogar. Era como un ángel, uno que parecía mirarlo solo a él.

No importaba cuanto lo hizo sufrir en un principio, cuando tuvo que esperar para ser correspondido de manera autentica, porque lo supo. No podría existir alguien más perfecto para Alec como él.

Era lindo, lo era en muchas formas.

Quizás era eso por lo que se quedó en un principio, o el como su belleza lo hacía babear o tal vez el sentir de sus dedos sobre su brazo.

O el cómo le hacía sentir en general.

Aun ahora todo parecía un trágico sueño, una historia de amor con un triste final y un corazón roto. Una historia mal contada en la que todo podría pasar, en la que Alec tocaría su puerta con esa socarrona sonrisa y un "Lo siento" sobre sus labios.

En la que volvería a sentir esos brazos que le daban paz y ese puño de mariposas en el estómago que se ahogaban de amor por Alec.

Era patético, verdaderamente patético.

¿Cuánto más tiene que susurrarse que no era real? ¿Cuánto más tiene que repetirse que ya no está? 

Si quieres que me quede - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora