-Cielo esos sujetos te están viendo-
Mire a un costado y si, eran cuatro y jodidamente me estaban comiendo con sus ojos. -Tu haz como si no te dieras cuenta- jale del brazo a Sasha.
-Pero..-
-Créeme, tengo experiencia en esto-
Y si que la tenia, t...
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Cielo...
Desperté cerca de las 10 de la mañana, los vienes no tenia ninguna clase por lo que senti tranquila, voltee al lado que daba a la pared y ahí seguia Matt durmiendo como un maldito oso. Su mano aun estaba en mi abdomen, mientras que su cabello estaba levemente despeinado.
Quise quitarlo para ir al baño pero en su lugar recibí un gruñido.
-Rojito- susurre.
-Hoy no tenemos clases, quédate-
-Es que quiero ir al baño-
-Pero te estoy abrazando- hizo un puchero aun con los ojos cerrados y me quede toda idiota viéndolo.
-Matt, uno segundos.-
Negó.
-Milisegundos- de verdad me orinaba -ni siquiera notaras mi ausencia-
Bufo y abrió los ojos dejándome ver esas esmeraldas que tenia -corre, el tiempo pasa-
Salte de la cama y corrí al baño, dejando la puerta de mi cuarto abierta. Al salir del sanitario, encontré a Clara pegada en el marco viendo a Matheo con cara de depredadora.
Pase a su lado -¿Se te perdió algo?-
-Yo...- volvió en si -¿Quién es ese bomboncito?-
-Que te importa- cerré la puerta en su cara y camine ofendida hasta la cama.-¿Por qué dejaste que ella te viera así?-
-¿Qué?- él dejo de ver su móvil -¿Yo qué hice ahora?-
Fruncí el ceño y arrugue la nariz -Clara te estaba viendo semi desnudo-
Sonrió negando y dejo el celular sobre el colchón, me atrajo a él y me abrazo -estaba pidiendo el desayuno enana, no le preste atención-
-Mentiroso, te gusta que te vean-
-Quisieras... pero la única chica que quiero que me vea, no lo hace-
Los celos volvieron pero no dije nada, nos levantamos y me puse un top, un vaquero ajustado y unos tenis color rojo. Matt me pidió que pasáramos a su residencia para poder cambiarse e ir por nuestro pedido al café.
Al entrar a su edificio, mire a todos lados. Chicos iban y venían de habitaciones, algunos sin camiseta y hasta uno paso solo con una toalla enroscada a su cintura.
El pelirrojo gruño y me tomo de la mano -¿no quieres esperarme fuera?-
-Ya estamos aquí, además solo dijiste unos segundos.-
Rodo los ojos -Esta bien, pero te quiero a mi lado en todo momento-
Asentí.
Subimos las escaleras hasta llegar a su apartamento, el cual compartía con cuatro personas mas, al entrar un moreno de ojos grises pasaba con un tazón de papas, sin camiseta y descalzo.
