-Cielo esos sujetos te están viendo-
Mire a un costado y si, eran cuatro y jodidamente me estaban comiendo con sus ojos. -Tu haz como si no te dieras cuenta- jale del brazo a Sasha.
-Pero..-
-Créeme, tengo experiencia en esto-
Y si que la tenia, t...
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Cielo...
Mientras iba en el coche con Matt, vinieron a mi cabeza todos los recuerdos de mi niñez, mi padre Jano jugando conmigo a las muñecas en mi casita, mis papás Loan y Noah disfrazados de princesa conmigo. Mamá molestando a los trillizos con que yo tendría muchos pretendientes y ellos decían que sobre sus cadáveres.
Ya estábamos llegando a nuestro destino, y en esas tres horas de viaje no pronuncie palabra alguna, estaba perdida en mis pensamientos.
-¿En qué piensas cielito?- la voz de mi mejor amigo me trajo de vuelta.
-Yo... voy a extrañarlos-
-Lo se, pero no estaremos tan lejos y podemos ir a verlos- tomo mi mano y entrelazo nuestros dedos -juntos...
-Hasta el infinito- sonreí
-y más allá-terminó la frase.
Me acomode un poco al ver el ingreso a la universidad de Harvard y las grandes puertas de metal -estamos aquí- voltee a ver al pelirrojo.
-Si, lo logramos- sus ojos se iluminaron viendo todo a su alrededor.
Se detuvo para que bajara y empezara a guardar nuestro lugar donde nos iban a entregar las cosas y él estacionaba el coche. Camine mirando a todos lados, viendo mucha gente moverse de un lado al otro y me pare donde había una gran cola para recibir nuestras credenciales y tarjetas.
-¿Eres nueva?- unos chicos se pararon delante de mi.
-Si.. yo, em...- gire buscando a Matt pero no lo encontré. Los dos tipos se me quedaron viendo como si tuviera un payaso en la cara.
-¿Vienes sola?-
-Conmigo- vi unos brazos rodearme y aferrarme a un cuerpo que ya conocía.-¿Qué necesitan?-
-Somos guías de los nuevos, mi nombre es James- uno de ellos se adelantó y estiró su mano en mi dirección pero no la tome, en su lugar asentí con la cabeza.
-Cielo-
-Matheo- él sí le tomó la mano y dio un apretón fuerte.
-Bueno Matheo y bonita- su amigo me guiño un ojo -si necesitan algo estaremos por aquí-
-Gracias- respondí por ambos
Matt suspiró y puso su mentón en mi coronilla -ya no quiero estar aquí
-Estoy nerviosa rojito- le hable bajo mientras jugaba con sus dedos.
-Yo también, sostenme que me caigo- hizo como si se desmayara, logrando que riera.
-Tonto-
-Al menos te reíste, cuenta-
Cuando fue nuestro turno recibimos todo lo que nos pertenecía y nos alejamos un poco, yendo al parque.
