Séptima parte.

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Jin, Sel y Hobi seguían discutiendo en voz alta qué hacer ahora. Llevaban casi una hora así, sin saber si llamarle a Taehyung, aunque no les contestaba, o a Jungkook, que tampoco lo hacía, o ir a buscarlos directamente a Nueva York. Sel era la única que sabía dónde estaba hospedados porque Jungkook le dijo esa primera noche.

Pero no creía que siguieran ahí.

—Por última vez, Jungkook dijo que volvían hoy y es muy probable que vengan en camino —dijo Seulgi con hartazgo.

Jin bufó.

—O pueden haber decidido quedarse un día más. El niño no me contesta por mucho que le hable.

—Solo le has hablado dos veces, Hyung, no exageres.

—Dos o tres veces, no contesta, y tampoco a ti.

Sel hizo un puchero con sus labios. Era verdad, llevaba diez minutos marcándole cada diez segundos y siempre la llevaba a buzón. Se habían movido a la recepción, sin saber si irse hacia Nueva York o esperarlos un poco más. Hobi agradecía que no hubiera ningún cliente cerca porque habría sido incómodo tratar de explicar la alteración de todos.

Además, no quería decir nada a nadie más que a Taehyung mismo.

—Escuchen, si seguimos peleando, no llegaremos a nada —intentó poner orden Hobi.

Jin y Sel se cruzaron de brazos pero asintieron.

—Hobi tiene razón. Necesitamos ponernos en marcha para hacer algo —dijo Sel.

—Puedo ir a Nueva York, al hotel dónde estaban quedándose y preguntar por ellos. Ustedes pueden quedarse aquí y esperar a que lleguen. O puede encontrarlos en el camino, lo que salga primero, ¿de acuerdo? —Hobi y Sel asintieron, Jin señaló hacia el pasillo—. Pues vamos. Lo importante es que Taehyung sepa de inmediato la verdad.

—Sí, vamos —Sel empezó a caminar hacia la entrada justo cuando esta se abrió y Taehyung entró junto a Jackson.

Estaba pálido y con los ojos rojos, temblaba por completo y no sabía si era por frío o algo más.

—¡Taehyung! —gritó emocionada la Omega, corriendo a abrazarlo—. Diosa mía, estábamos tan asustados por no poder comunicarnos contigo.

Taehyung no dijo nada. Regresó el abrazo de Sel durante unos segundos antes de mirar hacia Jin.

— ¿Lo sabías? —preguntó en un susurro. Sel se alejó de él para mirar preocupada a su Alfa y luego a su amigo.

Jin supo de inmediato a qué se refería el Omega.

—Te juro que me acabo de enterar del infarto.

— ¿Del infarto? ¿Sabías lo de su enfermedad entonces?

—Sabía que estaba delicado pero no sabía qué tan serio era.

Taehyung empezó a respirar pesadamente con cada palabra que decía el Alfa.

— ¿Y no te molestaste en decírmelo cuando fuiste a amenazarme el otro día? —gritó.

Jin se cuadró de los hombros.

—Estaba en el informe. Hasta el final.

—Seokjin, ¿de verdad crees que me iba a poner a leer todo después que me pusiste un ultimátum?

Jin solo bajó la cabeza avergonzado. No había pensado en eso y realmente se le pasó por completo. Para él, Taehyung había decidido irse aún cuando su padre estaba delicado de salud, y un compromiso a medias.

—Solo pensé en mi manada —susurró.

Taehyung siguió respirando con pesadez.

—Si me hubieras dicho que mi padre estaba a punto de morir, te aseguro, Alfa, que dejaba todo para volver a mi país, con mi familia.

Royals I. Between Prince(s)s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora