𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟔

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Trataba de borrar de mi mente la imagen que había mirado hace unos segundos, su abdomen plano pero podían verse las finas líneas que delataban que se ajercitaba con frecuencia.

Su pecho firme estaba cubierto por una pequeña y fina capa de agua sin secar.
Pero gracias a no querer incomodarlo –aun que el no se diera cuenta de que lo seguía viendo– me lleve las manos a la cara ruborizanome por completo después de haberlo examinado con la mirada y salí torpemente de la habitación segura de que estaba roja de la vergüenza.

Nick no paraba de reír como loca mientras escuchaba como discutía con Finn.

Tras varios minutos de escucharlos murmurar dentro de la habitación, Nick salió y canturreó en mi dirección — Ya puedes pasar.

Mi corazón me dio un vuelco y me regañe a mi misma por no mantenerme tranquila.

Entre a la habitación y pude encontrar a Finn enfundado en una playera de manga larga y unos pantalones negros.

— Hola — murmuró.

¿Era mi imaginación o estaba ruborizado?.

— Hola — dije en voz baja cruzándome de brazos.

—¿Como estas? — pregunto mientras se ponía de pie de la cama y caminaba hacia mi.

— Bien — me tense al verlo acercarse cada vez más.

Él se paró justo frente a mi y su figura se impuso ante la mía. Era casi dos cabezas más alto que yo. Su mano grande, aun que sorprendentemente delgada y fría, se deslizó por mi mejilla lentamente y cerré los ojos ante su contacto.

— Te extrañe — susurro con su voz algo ronca.

Me estremecí cuando su pulgar paseo por encima de mis labios entreabiertos. Los suyos lucían más rojos que de costumbre. Me obligué a dar un paso hacia atrás para liberarme de su contacto y me aclaré la garganta diciendo con la voz entrecortada — Hoy comenzamos con el braile.

Su mano cayó a un costado y me saque la mochila de la espalda mientras sacaba un libro con la escritura básica del braile, la escritura para los ciegos.

Comenzamos a trabajar. Finn estaba completamente concentrado en lo que le explicaba acerca d las figuras que hacían las letras sobre el papel. Su ceño estaba fruncido en concentración mientras yo no paraba de hablar y de hacerlo decirme el abecedario del braile. Al cabo de casi dos horas, ya había poder leer unas cuantas palabras sencillas.

Un relámpago me hizo pegar un salto del miedo. Odiaba las tormentas.

— Será mejor que me vaya— dije aguardando apresuradamente mis cosas en la mochila — Te dejare el libro para que practiques.

Finn lo tomó con los dedos trémulos y yo caminé a la puerta de la habitación. El aguacero se dejó caer en un segundo y maldije en voz baja mientras bajaba las escaleras. Eran casi las diez de la noche.

—¡No puedes irte así!, ¡Vas a llegar empapada a la parada del autobús! — Me regaño Mary — Te llevare a casa.

Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la puerta. Corrimos hacia el auto y nos trepamos con rapidez.

Mary arrancó el auto saliendo al camino. Al llegar a la avenida de la esquina vi con horror un río de agua que corría ferozmente.

Un horrible ventarrón meció el auto haciéndonos chillar del miedo mientras un árbol se balanceaba antes de caer sobre la avenida principal. Ésa que me llevaba a casa.

— Esto es imposible, __________. Me temo que tendrás que llamar a tu casa. No puedes irte si — menciono Mary echándose en reversa.

— Pero tengo clases mañana — Me queje en voz baja.

Though I can't see you || Finn Wolfhard Y Tu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora