—¿Finn, eres tú? — dijo la voz.
Me volví y encare a un chico increíblemente atractivo de cabello claro y ojos verdes.
Finn se volvió lentamente y pude ver su expresión de lastima en el rostro del chico de ojos verdes.
— ¿Noah? — inquirió Millie con el ceño fruncido — ¿Se conocen?.
Finn se puso de pie de golpe e intento abrirse paso entre las mesas para alejarse.
— Finn... — dije intentando detenerlo.
Un meseros llevaba una bandeja con platos y tazas vacías. Finn tropezó con una silla y fue a dar justo donde el mesero se encontraba, cayendo al suelo estruendosamente. El sonido de los platos y las tazas quebrándose hizo que todos en el lugar guardarán silencio.
Corrí para ayudar a Finn a levantarse y en cuanto se puso de pie, salió precipitadamente del lugar.
—¡Finn! — grite mientras me volvía a la mesa y tomaba mi chaqueta y la de Finn junto con mi bolso para salir corriendo detrás de él.
Cuando llegue a la calle, mire hacia a todos lados intentando encontrarlo.
—¡Finn! — grite a la nada.
Mi corazón latía frenético dentro de mí pecho, las manos me sudaban y mi respiración era pesada. Estaba aterrada y nerviosa ¿Donde diablos estaba?.
—¡FINN!.
Comencé a correr. El frío de la noche calaba mis huesos y quemaba mis pulmones con cada respiración que daba. Me maldije mentalmente por no llevar la chaqueta puesta pero no iba a parar hasta alcanzarle.
Él se detuvo en seco y yo me estampé contra su espalda fuerte. Me tambaleé por el golpe y comencé a respirar pesadamente.
Él se volvió hacia mí con expresión furiosa y frustrada.
—¡Quiero estar solo, maldita sea! — me espetó.
Sus palabras no me golpearon tanto como su expresión dolorosa. Un nudo en mi garganta se apoderó de mi impidiéndome hablar y los ojos se me abnegadon en lagrimas. Yo había sido la culpable de ése encuentro del pasado. En ningún momento se me había ocurrido que quizás Millie invitaría a Noah y todo esto pasaría, pero debía haberlo previsto.
— Perdóname, por favor — dije con la voz entrecortada por el nudo que sentía en la garganta.
Finn frunció el seño — ¿Q–Qué? — pregunto confundido.
— Perdóname, por favor. De no ser por mi — me obligué a tratar el nudo de mi garganta para poder continuar hablando — Nada de ésto habría pasado.
Él alzó la mano hasta alcanzar mi mejilla y paseó su pulgar por mi piel sensible. Su caricia me provocó escalofríos por todo el cuerpo.
— No tengo nada que perdonarte. No es tu culpa — musitó con expresión triste.
—¿Entonces, por qué me siento culpable? — dije sin poder evitar que lágrimas calientes salieran de mis ojos.
La expresión de Finn cambió a pánico total. Sus manos se posaron en mis mejillas e intento limpiar las lágrimas que no paraban de salir de mis ojos.
— ¡Hey!,¡Hey!, no llores, __________ — exclamó con voz ronca y dolida — No es tu culpa.
Puse mis manos sobre su pecho y arrugue su camisa entre mis puños mientras reprimía mis sollozos que amenzaban por salir de mi garganta.
Sentía todo mi cuerpo temblar por el esfuerzo de contenerme, pero era imposible no llorar. Me sentía tan culpable. Yo lo había orillado a todo esto. Finn aparto sus manos de mis mejillas y, sin decir nada, me rodeó con sus brazos en un abrazo cálido.
Mis manos se aflojaron de su camisa y, lentamente, rodeé su cintura con mis brazos. Pude sentir todos y cada uno de mis músculos firmes de su abdomen contra mi cuerpo. Era un abrazo diferente a los que estaba acostumbraba; cálido, tierno, firme, suave, fuerte... Definitivamente nadie me había abrazado de aquella forma. Me sentía tan segura entre sus brazos.
El aroma de su perfume me invadió por completo embriagandome más que nunca. Deslicé mis manos por su espalda angulosa y enganché mis manos en sus hombros aferrándolo a mi mientras las lágrimas cedían.
Sentí las manos de Finn deslizarse por mi espalda hasta mi cintura mientras me apretaba un poco. Su rostro estaba a escasos centímetros del mío. Su rostro estaba inclinado sobre el mio, de modo que nuestras narices rozaban.
—¿Mejor? — pregunto con voz ronca. Su aliento a menta y canela me golpeó el rostro y no pude hacer otra cosa más que mirar sus labios — ¿___________? — su voz se entrecortó.
¿Estaba tan nervioso como yo?...
— S–Si — apenas pude tartamudear. Sin apartar mis ojos de sus mullidos labios rojos entreabiertos.
¿Cómo se sentiría besarlo?.
Cerró los ojos y su respiración se aceleró. Justo como la mía, y mi corazón comenzó a latir a un ritmo doloroso. Cerré los ojos y sentí su nariz rozando mi mejilla. Era tan abrumadora la forma en la que se me acercaba a mi. Cualquier pensamiento racional que intentaba tener en ese momento era irrelevante cuando se acercaba en mi de aquella manera.
Sus manos se colocaron en la base de mi cuello y sentí sus labios rozar mi mandíbula. Mi pulso, ya acelerado, comenzó a palpitar todo mi cuerpo y el temblor de mis manos se acrecentó.
Dejó una estela de besos desde mi mejilla hasta el punto donde mi mandíbula se unía con mi cuello y mi cuerpo respondió de tal forma que me aferré a él enredando mis manos en su delgada cintura.
Se apartó de mi un segundo. El tiempo suficiente pudiera articular dos palabras.
— P–Por favor — tartamudeé en tino de suplica. Ni siquiera yo misma sabía que estaba pidiéndole; solo sabía que lo necesitaba.
Unió su frente con la mía y abrí los ojos solo para encontrarme con su gesto de contrariedad. Sus manos se posaron a ambos lados de mi rostro uniéndonos con urgencia. Parecía tener una lucha interna en sus pensamientos.
— Tengo miedo a besarte y que desaparezcas — murmuró en voz baja mientras cerraba los ojos con intensidad.
En ese momento lo supe. Moría por sentir los labios de Finn sobre los míos y me dolía. Me dolía todo el cuerpo en la espera de su beso. Jamás me había dolido tanto la espera del rose de unos labios. Cerré los ojos y esperé.
Sus labios rozaron los míos tímidamente y se separo esperando mi reacción; entonces, enredé más manos en su cuello, presionando con mis dedos la base de su cuello. Tirando de él hacia mi.
Y entonces, sucedió. Nuestros labios se unieron en un tímido beso. La calidez de sus labios era más increíble de lo que había imaginado; un escalofrío me recorrió la espina dorsal cuando su lengua busco tímidamente la mía.
Nuestro beso se profundizó a medida que nuestros labios danzaban. Todo el mundo desapareció mientras su lengua exploraba mi boca con timidez. El sabor de su beso no sabia a nada con lo que pudiera compararle pero era tan maravilloso que todo mi cuerpo me gritaba que debía aferrarme a él y no dejarlo ir nunca.
Sus manos se deslizaron por mi espalda hasta enredarse en mi cintura atrayéndome con fuerza hacia él. Un suspiro en apreciación salió de su boca cuando nuestro beso se volvió más urgente.
Maratón 2/3
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Though I can't see you || Finn Wolfhard Y Tu ||
Fanfic"-No puedo ir al baño solo por mi cuenta, no puedo vestirme, no puedo caminar sin caerme. No puedo hacer nada...- Su voz parecía haberse quebrado pero cuando alzó la vista, solo pude ver sus ojos sin vida vidriosos -Vete. - Yo puedo ayudarte -Murmur...