8- La Otra Cara del Perdón

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5 semanas atrás

Ni en su pesadilla más extraña y triste, Harry hubiera esperado lo que tendría que vivir al mudarse a Barnsley.

Eligió aquel pueblo por varias razones; paisajes hermosos, gente tranquila y amable. Sin duda sería un buen lugar para que su padre intentara salir adelante y dejara de vivir atormentado por los recuerdos de Anne.

Pero la razón principal era que Barnsley era la cuna de todos sus recuerdos con Louis. Eran muchos momentos que estaban en su mente, y que había querido atesorar y de cierta forma homenajear yendo a vivir allí.

Pero jamás imaginó que aquella decisión terminaría siendo aparentemente la peor de su vida. Volver a encontrar a Louis por mucho tiempo parecía como una constante fantasía en su cabeza. Pero de pronto lo imposible se hacía realidad... aunque de una forma muy diferente a lo que alguna vez imaginó.

Los días transcurrían lentos, y se sentían como un suplicio. Veía a Louis mucho más de lo que deseaba.

Pasillos, clases, cafetería... Louis y su manada de amigos estaban en todas partes a donde fuera que el rizado diera la vuelta, molestando y riéndose de quien desearan, sintiéndose como los reyes del lugar. Siendo Harry también su víctima en reiteradas ocasiones, a pesar de que él luchara por suprimir su presencia.

Y tristemente ahora también lo veía cuando estaba en su casa.

Harry había comenzado a ayudar a Lottie con los cuidados de Jay, quien extrañamente pareció reconocer al ojiverde cuando la visitó por primera vez. Sin embargo, la dulce mujer no hizo comentario al respecto, y solo se mostró muy complacida con su presencia.

Los gastos de los medicamentos de la madre de Louis habían aumentado mucho los últimos meses, debido a que como era esperado, su condición no hacía más que empeorar día tras día. Por esto, Harry se había encontrado una tarde con una Lottie totalmente destrozada por la tristeza y la preocupación.

Los pagos que Louis recibía en la pastelería no estaban siendo suficientes, y Lottie necesitaba con urgencia encontrar alguna forma de generar más ingresos. Sin embargo no tenía quien cuidara de su madre, le diera de comer y sus medicamentos en su ausencia.

Louis, estudiaba, entrenaba y trabajaba; era un imbecil, pero Harry estaba siendo testigo de todo el sacrificio que estaba haciendo por ayudar a su familia.

No lo pensó mucho. Vivian de junto, y ahora tenía un curso de primeros auxilios y cuidado de enfermos, por lo que pensó que podría hacerlo. Se ofreció para ayudar a una muy agradecida y feliz Lottie, quien tomaría durante las tardes pequeños trabajos como niñera dentro del pueblo.

Se convenció que su incomodidad con Louis no evitaría que ayudara a su vecina y amiga. Era simple, intentaría no toparse con él dentro de la casa, y seguiría tratando de evitarlo en la escuela.

Pero no todo podía ser tan malo.

Niall y Harry, se hicieron muy buenos amigos al correr de los días, y el ojiverde aceptó participar junto al rubio de algunos cursos de yoga y meditación que impartía su padre, el director.

Eleonor lo integró dentro de su grupo de amigas, y de pronto Harry se volvía pese a la molestia de los futbolistas, en un chico conocido y querido por la gran mayoría de sus compañeros.

El director Horan se reunió con él para conocerlo y felicitarlo por su extraordinario desempeño en su clase de arte y pintura. Su profesora, la señorita Agatha, estaba realmente fascinada con los paisajes que Harry presentaba clase a clase.

–¿está seguro, Harry?... que usted impartiera un taller de pintura a sus compañeros de cursos menores le vendría muy bien a sus antecedentes académicos y de ingreso para la universidad. Además contaría con todo mi apoyo y el de la señorita Agatha, usted sabe que para esta escuela es muy importante resaltar las capacidades y dones que nuestros amados alumnos poseen...–

La Otra Cara de la Luna || Larry Stylinson <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora