Cap. 15: Te mataré si lo intentas

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Mi corazón se detiene al verlo, esa cara no ha cambiado para nada. Recuerdos, muchos recuerdos vienen a mi cabeza, me pongo alegre al saber que está vivo, me pongo triste porque me hizo esto, me enojo por que jugo conmigo.

Mientras mis ojos se inundan de lágrimas mi nariz empieza a sollozar y mis dientes empiezan a apretarse entre ellos, mis puños se aprietan provocando que mis uñas se marquen en mis palmas. Todo mi enojo se transforma en una descarga en la primera cacheteada que le doy, la primera por mentirme y la segunda por decirme que no me amaba.

Matías me detiene con Hannah.

— ¿Cuál es su problema? –dice Alex sin ningún titubeo. No sabe que está viendo a Layra.

— ¡Hijo de perra! –digo abalanzándome a él y Matías corre de nuevo a detenerme.

— ¡Isabel, no puedes perder la cabeza! –dice mientras su mirada se adentra a la mía, lo veo, tiene miedo.

—Lo siento Matías.

—Vaya que has superado a Layra, Matías.

—Nos entrenan para no sentir dolor –dice Matías como recordatorio de lo que una vez dijo Santos.

—Y para coquetear con cualquiera –dice mirándome.

—Yo no soy cualquiera –digo mientras mi color vuelve a mí –digo sentándome.

—Dime santos, ¿qué has hecho con tu vida? –pregunta Matías mientras se sienta a lado de mí.

—No te lo puedo decir, y ya para que, la única razón de mi vida a muerto y la otra es una loca que quiere conquistar a todo el mundo.

— ¿De qué hablas? –pregunto lo más seria que puedo.

—Ginevra. Es la única razón por la que estoy aquí.

— ¿Me quieres decir que tú eres el esposo de Ginevra? –pregunto.

—Si -dice de la forma más natural, pero cada palabra que dice busca mi mirada.

Mi corazón cada vez se destruye más.  Tenía razón Matías, después de varios años que han pasado, lo sigo amando.

Me veo en el reflejo del vidrio mientras desciende el helicóptero en otro hotel, me cambie mi rostro por él. Desenmascararé a los que necesite y si él tiene que caer, lo derrumbare.

Nos quedamos en un momento de silencio y el no para de verme.

—No miento, es muy bonita, ahora entiendo porque la has elegido Matías.

— ¿De qué hablas? –pregunta Matías.

—Vamos se nota como la defiendes, como la proteges.

Si, algo que usted señor Santos jamás entenderá ni tendrá el privilegio de hacerlo –digo mientras bajo del helicóptero y volteo a otra parte.

— ¿Sabe? ataque ese lugar porque me lo ordenaron. Al parecer mi jefe cree que el amor de nuestra vida sigue ahí, con Matías. Pero le diré que ya tiene otra, alguien que jamás le llegará a los talones a aquella mujer.

Pongo mi frente en alto. Si supiera que yo soy  la misma mujer. Es un idiota.

— ¿Y su jefe es? –digo volteándome a verlo.

Uno de los mejores asesinos, cuídese, no vaya a ser que por enojo contra Matías la mate s usted.

—Jamás lo haría, lo conozco muy bien –digo mientras a él se lo llevan de los dos brazos a la habitación de Damián.

Lecciones Aprendidas © (CP #2)© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora