-Toma, es del color de tus ojos y me recuerda a ti.- El menor dijo extendiendo el objeto mientras cerraba fuertemente los ojos -. Bueno, también es del color de la popó, pero esa no es tan bonita -. Comenzó a balbucear nervioso.
-¿Estás diciendo qu...
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—¡Ya llegué, mamá!
Saludé a mi mamá mientras temblaba suavemente de frío.
—Tardaste más de lo usual, ¿todo bien?
Mi mamá dijo saliendo de la cocina.
—¡Oh, Dios mío, Beomie! ¡Vete a cambiar estás empapado!
Nada más tantito.
—Si, ahorita vengo.
Subí a mi cuarto torpemente mojando todo el piso. Al llegar lo primero que hice fue sacar todos mis cuadernos y hojas mojadas para que se secaran. Tal vez un milagro pase y la tinta no se corra. Arriba las esperanzas, abajo el diablo.
Me quité los lentes y me puse los de contacto de nuevo. Es muy molesto usar lentes de armazón, en especial cuando llueve, o cuando te quieres acostar de lado, o cuando vas al cine en 3D, o cuando tomas cosas calientes, o cuando no los ajustas y miras abajo, o cuando vas a algún parque de diversiones (no daremos propaganda) y te subes a algún juego, etcétera, etcétera.
Caminé para sacar mi ropa y vi de reojo el espejo. Uhm, ¿qué es eso que veo en el espejo? ¡La gorra me queda muuuuy bien! Creo que usaré más gorras de aquí en adelante...
Me quité toda la ropa mojada y la puse en la cesta de ropa sucia, ¿me baño o no me baño? Tal vez si no lo hago por fin Soobin me haga caso...
Además hace frío y nadie me va a oler. Me baño hasta al rato o mañana en la mañana antes de ir a la escuela.
Sequé mi cuerpo y mi cabello y me puse mi pijama.
—Ya me cambié.
—Siéntate a comer.
—Voy.
—¿Por qué estabas tan mojado? ¿No llevaste paraguas a la escuela?
Mi boca formó una perfecta "O". ¡Llevé un impermeable! ¿Cómo se me pudo olvidar ponérmelo?
