-Toma, es del color de tus ojos y me recuerda a ti.- El menor dijo extendiendo el objeto mientras cerraba fuertemente los ojos -. Bueno, también es del color de la popó, pero esa no es tan bonita -. Comenzó a balbucear nervioso.
-¿Estás diciendo qu...
*Este capítulo será narrado por Huening Kai y en el próximo retomaré la historia desde el final del capítulo anterior, de nuevo con la perspectiva de Beomgyu.
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Nunca me consideré una persona romántica, no porque odiara el romance o algo parecido, pero ver a Soobin sufrir por amor me hizo no querer pasar por una situación similar y evitar a toda costa caer en alguna de la flechas de cupido. Sin embargo, una pequeña cosita desastrosa y torpe se cruzó en mi camino para cambiar todos mis planes con el bebé en pañales y, eventualmente, terminé cayendo por él en una viaje sin salida.
No mentiré, al principio conocerlo fue extraño, no es usual que estés tranquilo en una banca y de la nada un chico se acerque para decirte que eres un pecado por estar tan bueno, luzca como si quisiese vomitar y salga corriendo sin decir nada más. No obstante, creo que Beomgyu robó mi atención desde el primer momento en el que ví su cara sonrojada y lo nervioso que estaba por estar ahí parado.
Quise saber más de él, pero ni siquiera sabía el nombre del chico que me había dicho lo más random que había escuchado en mi vida y mis ganas de investigarlo no eran lo suficientemente altas para buscarlo en redes sociales; así que mi curiosidad murió ahí y me olvidé del asunto en medio segundo, o bueno, me olvidé del asunto hasta que lo volví a ver en la tarde. No estaba de buen humor porque Ethan se había comido las papas que guardé el día anterior, pero verlo tratando de bajar una caja de cereal fue tierno. Mi mal humor bajó, pero no hice nada por quedarme a descubrir más del chico y preferí ir a dormir, creí que ese día sería el último en el que lo vería, después de haberlo dejado solo dudaba que siquiera quisiera volver a cruzarse conmigo; pero las sorpresas son abundantes en la vida y yo no estoy absorto de ellas.
Ver su rostro diariamente se volvió la más interesante y bonita constante de mis días.
Trató de hacerme reír con una chiste malo, hizo que nos mojáramos y le diera mi gorra porque estaba leyendo crepúsculo «porque, según él, el libro de after era de su mamá», me dió un apodo bastante curioso, trató de cubrirme de una cosa viscosa morada, haciendo que me embarrase más y cocinó un pastelito malo para mí. Realmente no puede evitar sentir todas esas sensaciones en mi cuerpo cuando hablaba con él y, cuando se ofreció a cuidarme, caí en cuenta de que estaba tratando de conquistar a la persona que le gustaba. Mi lógica decía que era yo, después de todo, fui el que recibió cada uno de sus intentos y él que estuvo a su lado después de ellos. Aprender a cocinar pastelitos con Beomgyu mientras buscaba un tutorial fácil cuando él se distraía, solamente para impresionarlo y hacerlo feliz fue resultado de la lógica que apliqué, nuestro casi primer beso fue el resultado de esa aplicación, pero cuando el segundo intento representó un fallo y me detuve, mi lógica cambió y tuve que haberla escuchado, tuve que ser más inteligente y no seguir, pero la lógica siempre es traicionada por el corazón y el mío, el mío se aferró a la idea de que era yo el que tenía un espacio en el rojo brillante que mantiene con vida a Beomgyu y me cegué por lo que me hacia sentir en cada célula.
