Prólogo

18 2 0
                                    

Midoriya Izuku es un chico normal, en este mundo donde el 80% de la población tiene superpoderes no es que el destaque entre otros, tiene un poder que le permite pegarse a las paredes, a simple vista por qué por otro lado tiene muchísima fuerza que mantiene oculta la mayor parte del tiempo y una percepción aumentada. Este joven ahora mismo se encuentra dirigiéndose a su casa junto con su amigo Bakugo Katsuki: un chico rubio con poderes explosivos, un agrandado pues sus poderes son muy vistosos, ambos planeaban ingresar a U.A. la conocida Academia de Héroes y convertirse en eso Héroes, pero ¿Que hace a un héroe? ¿Es la sociedad que define eso? Entonces eso significa que ¿No eres un héroe si no eres conocido? Eso no tiene sentido ¿Es un héroe alguien registrado como tal por el gobierno? Pero ¿si ese héroe es corrupto? En ese caso ¿sigue siendo un heroe? Esas eran preguntas que rondaban en la cabeza de el pelo verde de ves en cuando.

Katsuki: –Adios Deku– habló el rubio pues ya habían llegado a la casa del mismo.
Izuku: –Adios Kacchan– dijo despidiéndose y siguiendo hacia su casa.

Una vez llegó se encontró con su madre quien lo esperaba felizmente; la señora Inko Midoriya era una mujer de cabellos verdes quien tenía la capacidad de hacer levitar objetos.

Inko: –Hola hijo ¿cómo te fue?– habló con una sonrisa la mujer
Izuku: –Me fue bien– contestó el chico
Inko: –Me alegra ¿Quieres acompañarme al centro?– dijo con su bolso en la mano.
Izuku: –Por supuesto–

Ambos así partieron rumbo al centro de la ciudad, una vez ahí fueron a un parque y comieron helado, fueron a un McDonald's® y posteriormente hacia un par de tiendas, con bolsas en las manos se dirigían ya de noche hacia la parada de metro sin embargo se escucharía una serie de fuertes golpes que cada vez se hacían más cercanos hasta que en algún punto se podían sentir acercarse, de pronto el pelo verde sintió una sensación que le decía "Salta hacia atrás", "Que no te golpeé". El chico hizo caso a aquello y dio un salto hacia atrás justo cuando un muro al lado se rompió generando múltiples escombros, una gran figura pasaba rápidamente causando destrozos y haciendo que muchos pedazos de edificio pequeños como un ladrillo y hasta grandes como lavadoras, empezaron a caer además cada pisada de aquello causaba un temblor, varios héroes perseguían aquello pero ninguno se fijó en los civiles, una vez habiendo salido ileso y la cortina de polvo se empezaba a despejar el chico empezó a buscar y a llamar a su madre. Llamó y llamó... Pero nadie vino.

Entonces la vió, o al menos lo que quedaba de ella, un gran pedazo de edificio aplastaba la mitad de su cuerpo en una escena visceral, la sangre había formado un gran charco y sus intestinos eran claramente visibles, el concreto del escombro estaba manchado de largos hilos de sangre con pequeñas gotas de color carmín, la respiración lenta de la mujer hacia que sus tropas lentamente fueran saliendo... Sí respiración, la mujer de forma tortuosa aún respiraba y aún más increíble seguía consciente. El chico horrorizado comenzó a llorar, se acercó rápidamente a su madre, y se arrodilló empezó a decir "mamá" muchas vecesz tartamudeaba y sus manos y ropa de manchaba con sangre, tocó el rostro de su madre y lagrimeando la vio a los ojos

Izuku: –m-mamá, mamá por favor, por... favor n-no, no no me dejes solo por favor mamá– el chico lloraba a cántaros, no podía creer lo que veía ante sus ojos, la persona que le había dado la vida, la persona más importante en su vida moría frente a sus ojos y él no podía hacer nada
Inko: –Hijo– habló la mujer –lo siento, no podré estar más tiempo a tu lado.–
Izuku: –N-no, no mamá no me digas eso–
Inko: –se que... Quieres ser un héroe– habló con dificultad. –un Heroe no es alguien que busca fama, un héroe es alguien que ayuda a los otros con sus acciones sin... Buscar nada a cambio,– la mujer tocio sangre –si tienes... El poder de ayudar a alguien– poco a poco su voz iba perdiendo fuerza –Usalo pues un gran poder... conlleva... una gran responsabilidad...– la mujer un vez finalizó cerró los ojos, y dejó de respirar, se dejó abrazar por la muerte habiendo dejado a su hijo sus últimas palabras.
Izuku: –no, No, NO MAMÁ– el chico lloraba muchísimo –NO PORFAVOR MAMÁ NO ¡¡MAMÁ!!– gritó desconsoladamente... Pero nadie vino. Ningún héroe, ningún civil, ningún villano. Solo la lluvia debido a los incendios provocados por la destrucción.

La policía llegó al tiempo y se llevó al chico quien se veía destrozado a simple vista, el cadáver de su madre fue llevado a otro sitio, el villano no fue atrapado, consiguió escapar llevándose un total de 122 víctimas fatales y cerca de 340 heridos. La señora Inko Midoriya fue enterrada al igual que las otras víctimas a los 2 días. Izuku Midoriya volvió a su hogar, que ahora se veía oscuro y solitario. Pero dentro del chico ardía una llama, alimentada por las palabras de su madre.

Izuku Midoriya el Hombre ArañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora