1

10 1 0
                                    

Me acerco a los barrotes de mi celda, para escuchar mejor la conversación que mantienen los guardias.

Susurran sobre esa profecía que tiene con los pelos de punta a todo el palacio.

Acerco un poco más el oído.

No logro entender del todo la conversación.

La verja de metal oxidado tienen un magnetismo que produce cosquilleo en los bellos de la cara, haciendo que estos se eleven suavemente, como si una diminuta ráfaga de aire los golpeara, con solo una diferencia, que al mis cabellos hacer contactos con eso que los atrae se chamusquen, como si el metal se tratara de fuego.

La mazmorra de roca y óxido no es más que un recipiente encargado de mantener débiles mis poderes para que sea imposible huir.

Se supone que si intento forzar las varillas de la puerta con las manos estas absorberían sin control mi magia, y cuando mi cuerpo carezca de esta no dudaría en consumir mi energía vital.

Nadie ha logrado escapar de aquí antes.

La cárcel perfecta, indestructible -y aburrida como el infierno.

Analizó mis pensamientos, no debería referirme al infierno como aburrido, he estado ahí, poco tiempo y con una joven edad, pero las experiencias fueron lo suficientemente traumantes para que aun permanezcan en mi memoria.

Las voces de los guardias han cesado, en su lugar comienzo a escuchar pasos aproximándose.

Me arrastró lejos de los barrotes, hasta que mi espalda golpea una de las frías pareces y abrazo mis cochambrosas piernas.

-¡Hora de comer! -informa el dueño de los pasos, aventando una especie de engrudo dentro de la celda donde me encuentro.

Tomo del suelo el alimento viscoso y por el olor a punto de descomponerse, lo llevo a mi boca desesperada.

El guardia ríe a carcajadas, mientras yo le doy un buen espectáculo del cual disfrutar comiendo del suelo como un animal desesperado.

Cuando gira asqueado de verme me aparto de -sabrá dios que sería eso que me ha dado- limpiando mis dedos glutinosos en la tela de lo que solía ser mi blusa, escucho como se aleja.

Es una especie de ritual que llevamos a cabo todos los días por mucho tiempo.

Una vez el guardia desaparece entre los pasillos los susurros regresan, en esta ocasión más claro.

-Ghaliga nunca ha fallado con ninguna de sus profecías.

-Si el pueblo se entera de esto habrá graves problemas -la preocupación se abre paso en cada palabra que dice.

-El rey y la reina están asustados, incluso han adelantado la ceremonia de su hijo -juego con mi cabello, nunca he visto como son esas ceremonias, pero he escuchado bastante hablar de ellas.

En realidad no he visto demasiadas cosas por los doscientos cincuentena años que llevó encerrada en estas cuatro paredes.

-Mañana en la mañana se celebrará, todos están ansiosos de saber quien es su compañera de sangre, esa que podrá evitar que el reino se hunda - la ceremonia de sangre es una especie de ritual al que todos deben ser sometidos cuando cumplen los 21 años, todos excepto los que sus compañeros ya lo han encontrado. En este se unen el alma de dos personas, y es el momento donde sus poderes alcanzan su máximo esplendor.

Siempre me he preguntado como las personas son capaces de identificar a sus compañeros de sangre. Elegir a la persona con la que estarás vinculado hasta que mueras no es una decisión que tomar a la ligera.

No entiendo del todo las creencias de este reinó dado que no nací aquí.

Vengo del reino oscuro, al noreste... a cualquiera que le confiese eso quedaría horrorizado, es casi imposible escapar de ahí.

-Está más que claro que se tratara de Adana -afirma una de las voces.

He escuchado ese nombre antes, es la chica que todos pretenden que se case con el príncipe.

Muestro una sonrisa torcida a pesar de que nadie está aquí para verla, según he entendido el compañero de sangre se elige por algo más que el hecho de que tus padres lo elijan para ti por su posición económica.

Ojalá y le toqué una chica de la servidumbre, una indigna, mi sonrisa se amplia imaginando la cara de Ashira e Isa los monarcas de este reinó.

No tengo nada en contra de su hijo, siquiera lo he visto una vez en mi vida quienes deseo que se pudran son ellos, mis captores.

-Adana es poderosa, muy pocos en el reino tienen su potencial, ella y el príncipe como compañeros de sangre sin duda devolverían la esperanza al palacio.

Reinos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora