Enamorado de un Fantasma 2.0 Un amor para siempre♥ ©

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(Nefertiti)

Dejo de ir a la escuela y yo me sentí sola... Era con la que más platicaba y a la que más confianza le tenía.

Iba a visitarla casi diario, porque a veces si lo profesores dejaban demasiada tarea y no me daba tiempo, pero la llamaba por teléfono y un par de semanas después de su diagnóstico, Salvador y Nikki nos informaron que se casarían.

Eso era sorpresivo, pero lo entendíamos y nos pusimos de acuerdo porque todos seriamos padrinos yo le compraría su vestido de novia. Sentía un nudo en mi garganta al saber que posiblemente Nikki no estaría en mi boda. Un par de veces si llore con ella, pero la mayoría de ocasiones, esperaba hasta llegar a mi casa para hacerlo, porque ella nos necesitaba fuertes. Y yo bueno, tenía algo de práctica en eso, con la familia que me toco, ser fuerte era una obligación.

El día que fuimos a comprar el vestido, fue divertido, nos llevamos todo el día porque ningún vestido le quedaba a Nikki hasta que por fin después de muchos, lo encontró. Y al verla en él, un par de lágrimas se me escaparon, porque se veía muy linda... Esto no debió pasar así, esta boda debió de haber sido en quizá 5 años más, con una Nikki sana y todos graduados. Sentí que mi corazón se rompía, es un dolor indescriptible cuando sabes que perderás a tu mejor amiga...

Los días seguían pasando y el día de la boda llego, los amigos de Salvador y nosotras habíamos estado bastante tiempo juntos, me hubiera gustado que Nikki viera esto, le habría encantado, Aarón y yo nos volvimos más cercanos, Charly le tenía un poco de celos, pero nada que ver (bueno si, Aarón era un chico muy guapo y cualquier chica moriría por un beso de sus lindos labios incluida yo, pero tanto el como yo, teníamos novia y novio) y por tantas cosas que pasaban, olvide decírselo a Nikki. Y se fue sin saberlo.

Arreglamos a Nikki porque nos quedamos con ella toda la noche y pues ella por fin se había desahogado completamente conmigo, y me había pedido que la ayudara con la promesa que había hecho con Salvador, y eso haría, aunque dolía saber que ella ya estaba haciéndose la idea de que nos dejaría pronto.

Cuando bailaron su vals llore y Charly me abrazo muy fuerte, eso me reconforto y fuimos a acompañarlos, como lo hicieron Aarón y Brenda.

Nadie imagino que un mes después desahuciarían a Nikki. Solo tenía un mes de vida.

Me lo dijo en una reunión que Salvador organizo, pero Nikki solo me lo dijo a mí y me derrumbe ahí mismo.

Una semana después, Nikki nos citó a todas y les conto a las chicas lo que pasaba, yo estaba viendo hacia la ventana de su recamara, tenía una linda vista hacia afuera, mientras escuchaba como las chicas le daban ánimos, yo no sabía que decirle, mis lágrimas caían y luego solo fui a abrazarla y decirle que no podía despedirme de ella, ella se rio y nos respondió que no era un adiós, que en muchos años más nos veríamos en el cielo... ¿Cómo podía haber asimilado ya todo y nosotros no?

Un mes después... mi amiga se fue...

Una noche anterior no pude dormir, sentía una presión en mi pecho y cuando por fin medio pude conciliar el sueño, a las 5:15 mi teléfono sonó y un número desconocido apareció conteste —¿Hola?— escuche sollozos y Nikki vino enseguida a mi mente —Nefer, habla Braulio, el hermano de Nikki, ven a despedirte... estamos en la cabaña— sentí como si un balde de agua fría me callera encima y mi deje mi celular caer, salí de mi cama como pude y me vestí, ni siquiera le avise a mis padres que saldría, tome las llaves del Paggani de mi papa y conduje lo más rápido que pude, pero no llegue a tiempo ¡maldita sea! ¡No llegue a tiempo ¡ Llegue justo en el momento en que Salvador salió de la cabaña y colapso en los brazos de Aarón, supe entonces que ella había muerto. Corrí a lado de Pamela, la mama de Nikki y al verme ella solo negó con la cabeza, mi labio inferior comenzó a tiritar y me aleje, me deje caer al piso y comencé a llorar, no sé cuánto tiempo estuve así, hasta que sentí que alguien toco mi hombro —Nefer— era la voz de Aarón —No llegue a tiempo... no pude despedirme... soy la peor amiga del mundo Aarón— dije con un hilo de voz, él se agacho —No lo eres, estas aquí, ella lo sabe, aunque ya no esté, ella lo sabe— se levantó y me ayudo a levantarme, seguía con mi cara agachada y solo sentí cuando sus brazos me rodearon, hice lo mismo porque lo necesitaba —Sabes que aquí estoy para ti también— asentí y me soltó —Gracias Aarón— sonrió, pero sus ojos al igual que los míos, estaban irritados —Voy... voy adentro, Salvador me necesita— asentí y fui con Braulio, quien me dijo que me fuera a mi casa, que él me avisaba cuando trajeran el cuerpo y que le avisara a los demás y eso hice y apague mi celular. Quería estar sola, quería dormir y despertar para que me dijeran que esto era una pesadilla... No lo era. Les di a mis papas la noticia y por primera vez me abrazaron amorosamente. Me di una ducha y un par de horas después encendí mi celular y recibí el mensaje de Braulio que a las 7 estaría el cuerpo en la casa de Nikki, mis papas me acompañaron.

Una vez en la casa, vi el moño de luto y el nudo en mi garganta volvió a formarse, la puerta estaba abierta y corrí a dentro, las chicas ya estaban ahí, pero no les hice caso, camine directamente al ataúd de madera oscura, donde ella descansaba, estaba vestida de blanco, se veía tranquila, mi corazón termino de romperse al verla ahí —Nikki ¿Por qué me dejaste? No cumpliste la promesa de amigas por siempre, estoy enojada contigo— dije con ciento tono de amargura en mi voz, tenía tantos sentimientos encontrados... dolor, enojo, tristeza... —Me duele tanto verte así... Dejaste al amor de tu vida solo Nikki— recosté mi cabeza en el ataúd y pensé en que estaba siendo muy dura con ella, ella no tenía la culpa —Perdón, es que no es junto esto, tu... tu no deberías estar aquí— mi voz se quebró y no seguí hablando, solo llore, hasta que sentí unos brazos rodearme, era Charly ¿Cómo había llegado? No importaba, lo abrace fuerte y deje que me guiara hacia el sillón, no hablamos, el me entendía, solo necesitaba sus brazos alrededor de mi para no sentir tanto dolor.