La ciudad estaba cubierta por neblina, los árboles con sus ramas descubiertas a plena vista, las calles, los techos de las casas, algunos autos estacionados estaban cubiertas de nieve.
Era un día despejado acompañado con un frío prácticamente de invierno.
Renata caminaba con prisa hacia la casa de Dylan, al llegar parecía como si nadie estuviera adentro, pensó en devolverse pero se negó.
—¡Maldito! ¿aún sigues durmiendo? — Dijo mientras agarraba un poco de nieve y formaba una bola con sus manos. La lanzó justo a la ventana donde quedaba la habitación de Dylan.
—¿Renata? — La señora Celeste se sorprendió al llegar a su casa, en sus manos llevaba varias compras que había hecho en el supermercado.
—¡Oh! Hola Señora Celeste — Saludó Renata, apenada por haber lanzado la bola de nieve a su casa.
—¿Estás buscando a Dylan? — preguntó con una sonrisa, mientras sacaba las llaves de su bolso.
—Si, lo necesito urgente — Juntó ambas manos rogando.
La señora Celeste sonrió nuevamente.
—El no se encuentra, está en su nuevo trabajo.
—¿Trabajo? ¿Dylan? — preguntó confundida.
—Si empezó hace pocos días.
—¿Sabes dónde es? Lo necesito urgente Madre mía.
La señora Celeste soltó una carcajada.
—Claro te daré la dirección.
Noah desayunaba en la mesa principal de su casa, su padre leía un periódico y a la vez utilizaba la computadora sin haber probado aún su desayuno, su madre desayunaba en silencio.
—Hoy cumplo mi último día castigado ¿Me devolverán mí teléfono celular y volver a utilizar nuevamente la computadora?
La señora Nicolle lo miró y colocó de nuevo su vista en el desayuno.
Noah al ver que no le contestó siguió desayunando sin tener una respuesta.
—Seguirás castigado — Confesó de repente su madre.
—¡Qué! ¿Pero por qué? — preguntó Noah exaltado.
—Has estado saliendo a escondidas por la ventana de tu habitación.
—¿Quién dice eso?
—Yo misma lo he visto y Franklyn también me lo ha dicho o me lo vas a negar — Miraba con una cara sería a Noah.
—¡Maldición Franklyn! Odio que ese idiota me esté siguiendo.
—Eso no importa ¿A dónde has ido en todos esos días? — preguntó curiosa.
Noah dudó en responder era obvio que era a Magic-coffee visitando a Azúl.
—Estaba en el karaoke con Dylan y unos amigos.
—No seas mentiroso, has estado visitando a la chica de esa asquerosa cafetería.
—¡Entonces para que me preguntas si ya lo sabes! — exclamó agarrándose la cabeza.
—Por eso mismo seguirás castigado y ordenando más archivos de la empresa — su madre se levantó de la mesa.
—Estoy grande no puedes hacer esto.
—Entonces dime de una vez y puedes irte a Europa.
Noah abrió la boca para responder pero después la cerró.
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Por ti, un café todos los días
Novela JuvenilDylan es un chico universitario un poco tímido, amable y siempre está sonriendo, lleva varios años enamorado de una chica llamada Azúl, que trabaja en una cafetería con el nombre de Magic-coffee. Pero nunca se ha atrevido a hablarle o confesarle los...