Autor: Alexis ED
Era un día lluvioso, había llegado la temporada de lluvias que no cesaba.
Los días eran fríos, la mayor parte del día nublados, Noah miraba por la ventana del aula de clases de la universidad y podía ver un parque, todos los días se distraía viendo las personas que paseaban por ahí, podía verlos protegiéndose de la lluvia y del frío con sus paraguas utilizando abrigos y guantes de invierno, niños saltando en los charcos de agua con sus botas impermeables, una mujer fumaba sentada sosteniendo con su mano izquierda su paraguas en una banca de color marrón, un poco antigua y humedad por la lluvia, esperando que su hijo de aproximadamente de ocho años terminará de jugar con su pelota de goma en la lluvia, también podía ver a un hombre que pasaba trotando con una chaqueta de color blanca, escuchando música con audífonos inalámbricos y su perro de raza labrador retriever, pasaban en medio del parque y salían hacia el lado norte dirigiéndose al centro la ciudad.
Iban siendo las dos de la tarde, ya Noah salía de la universidad para dirigirse a su casa, estában a mediados de Octubre y terminando el segundo semestre en la universidad, siempre tenía la misma rutina de todos los días desde hace diez meses que se mudó a esa ciudad. Respiró profundo, aire frío, sonrió un poco y susurrando dijo:
—El otoño ha llegado — mientras miraba el cielo nublado sin aún despejarse.
—Noah, Creí que te habías ido sin mí — Comentó Dylan, mientras se acercaba a Noah y secaba el asiento de su bicicleta.
—Sabes que me puedes acompañar hasta la parada de autobús — le contestó sonriendo.
Dylan y Noah se conocían desde muy pequeños tenían la misma edad diecinueve años, pero Dylan era un poco mayor por algunos meses, entraron a la misma universidad, eran como mejores amigos, tan cercanos como hermanos y se contaban todo, se cuidaban el uno al otro, Dylan era un joven simpático y siempre demostraba ser una buena persona, por lo tanto Noah era un joven un poco antipático y a pesar de ser popular con las chicas en la universidad solo se la pasaba con su mejor amigo Dylan.
—Si quieres te puedes quedar en casa, mí mamá y yo pediremos comida a domicilio — Invitando a Noah con una sonrisa amablemente.
La señora Celeste, así se llamaba la Madre de Dylan, se mudó a la ciudad por cuestiones de trabajo y por la universidad de su hijo. Mientras que Noah se mudó solo a vivir en un apartamento, mientras que sus padres vivían en el extranjero.
La señora Celeste conocía hace años a los padres de Noah y estaba en contacto con ellos para saber cómo le iba en la universidad, por lo tanto el no se comunicaba casi con ellos ya que desde que era un niño nunca se preocupaban por el.
En casa de Dylan siempre se divertían jugando vídeo juegos, mientras que la señora Celeste siempre preparaba postres de chocolate, uno de los favoritos de Dylan.
—Bueno... Iré — contestó con burla Noah —a ver quién llega primero a tu casa — lo empujó y salió corriendo a la parada de autobús para llegar más rápido, mientras que Dylan riéndose se montó en su bicicleta y pedaleo lo más fuerte que pudo hasta llegar a casa.
La casa de Dylan era pequeña no muy grande, eran personas humildes y muy amables, mientras la señora Celeste pedía la comida a domicilio, Dylan y Noah jugaban vídeo juegos y hablaban cosas de la universidad, hasta tocar el tema sobre los padres de Noah.
—¿Has hablado con tus Padres?— preguntó Dylan.
—Algunas veces...
—Ellos aveces se preocupan por ti Noah — dijo mirándolo seriamente.
—Solo les preocupa ganar cantidades de dinero, por algo comencé a vivir solo en mí apartamento — contestó también seriamente.
—Esfuerzate al menos por ser un buen hijo para ellos — dándole una palmada en la espalda, sacando la lengua y sonriendo.
Dylan siempre sonreía y apoyaba a las demás personas, era una buena persona, ambos se entendían mutuamente, mientras que la señora Celeste les llevaba la comida que había pedido a domicilio le dijo a Dylan:
—Ya deja de molestar a Noah — Todos comenzaron reírse, Noah al estar con ellos sentía una sensación de calidez que nunca había tenido con su propia familia.
Para cambiar el tema y hacer sentir incómodo a Dylan, Noah le preguntó alzando una ceja.
—En fin... ¿Quién es la chica que te gusta? — Dylan se quedó mirándolo con una mirada fulminante.
—Tu tienes muchas pretendientes en la universidad y a ninguna le pones cuidado — intenta de cambiar el tema, mientras iba a la cocina por un poco agua y evitando la pregunta de Noah.
—No son el tipo de chicas que me gustan — contestó Noah tranquilamente.
—Ojala pudiera tener nietos antes de estar más vieja — Le susurró la señora Celeste a Noah mientras que Dylan estaba en la cocina.
—¡Los escuché! — gritó Dylan.
Todos comenzaron a reírse. En esa noche lluviosa, fría y nublada, pasaron varias horas contando chistes y escuchando las cosas graciosas que le había pasado a la señora Celeste en su juventud cuando tenía sus edades.
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Por ti, un café todos los días
Fiksi RemajaDylan es un chico universitario un poco tímido, amable y siempre está sonriendo, lleva varios años enamorado de una chica llamada Azúl, que trabaja en una cafetería con el nombre de Magic-coffee. Pero nunca se ha atrevido a hablarle o confesarle los...