Tres son multitud

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POV: Eva/Azul

El viaje al centro del pueblo no duro mucho, trate de ir despacio para que vaya conociendo el lugar, las cosas se ven diferentes cuando dejas de ocultarte y sales como una persona simple y natural. Para nosotros es algo que da mucho miedo o terror, nunca lo dije cuando era pequeña ya que Sam era más pequeño que yo y si él veía que estaba aterrada de salir al bosque o arriesgarme a buscar comida, el pequeño Sam se iba a salir de control y... creo que hubiera sido peor.

illo, ahora Nill nunca dejó de ver las casas y las personas caminando o arreglando su jardines. Le mencioné que este pueblo era perfecto para mis hermanos, ya que es tranquilo y jamás hay el estrés de las ciudades grandes llenas de carros y edificios. Ellos vivían en paz..., obvio después de lo de Brenner.

No quiero contarle sobre el otro lado ni los monstruos que nos enfrentamos, creo que es algo que ya está enterrado en ese lugar en ruinas.

Por ahora lo principal, era tratar que vea lo simple que es este lugar y que no hay armas ni razones para una pelea.

— Cuánto tiempo llevas en este lugar? —me preguntó

—Ehhh, año y medio, llegamos aquí buscando a mi hermana.

—Y la encontraste.

—Si, pero... no me acerqué a ella como tal, al principio.

—Por qué?

—Porque quería saber si era feliz aquí, si me necesitaba... y también quería conocerla sin que ella sepa quien soy.

—No confiabas en ella.

Sabía que iba a decir eso.

—No es eso, solo quería saber si era más Brenner o Terry.

—y?

—Por fortuna es mejor que Terry, y no tiene nada de Brenner. —dije sonriendo y orgullosa de que sea así

—Si tiene parecido a su padre. —dijo volviendo a mirar por la ventana.

—Qué? noo es no es cierto. —dije frunciendo el ceño.

—No sabe cuando es suficiente, siempre tiene que saber todo y tener las respuestas al instante. —dijo como si recordara su pequeño enfrentamiento de ayer en la tarde.

—Bueno, yo llamaría a eso ser un poco impetuosa. —Dije tratando de no hacer similitudes de ella con Brenner.

—Por otro lado tú eres más parecida a tu madre. —me dijo esta vez mirándome. —A excepción de tus ojos, claro está.

Qué????

—Espera espera... conociste a mi madre? —dije nerviosa.

—No, pero la vi en una fotografía que tenía Brenner en su escritorio.

Una fotografía

—Ohh no tenía ni idea que el poseía algo así. —dije recordando que él nunca me mostró una foto de mamá. Solo cuando escapé y los Weaver me ayudaron a encontrar la escuela donde ella trabajó... vi una foto de ella con los niños que educaba.

Las lágrimas por ese recuerdo quisieron salir.

—Y tu forma de ser no se compara a la de Brenner. Él era.... malo.

Dijo frunciendo el ceño.

—Él te lastimo? —pregunté

—No, nunca se atrevió a lastimarme. No a mí.

Eso me lleva a otra pregunta

—Y a quién si?

El me miró y lo entendí.

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