Naruto Okami: Sacrificado al destino

Capítulo 8

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Capítulo 8

Comienzo de una nueva vida

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Había un silencio tan grueso que se podría haber cortado con un cuchillo, había un aura negra alrededor del hombre con cabello color sangre, las hebras carmesí agitándose de una manera imposible hacia arriba, viendo con una mirada muerta de cualquier interés al líder de la aldea de las hojas.

—¿Qué si es divertido?

Cómo si fueran apéndices de una monstruosidad fuera de lo que se pudiera comprender, los tendones negros se expandían alrededor de Naruto, apuntando contra Danzo como cientos de cabeza.

Como si agujas le salieran de la piel.

Hubo un crujiente sonido con el pelirrojo haciendo la cabeza a un lado.

Parecía querer tanto la respuesta que si no se le fuera dada en ese instante, lo destriparía vivo, con sus propias manos y las miles de garras formadas a su alrededor. Danzo trago, podía sentir como las vendas y carne en su brazo prácticamente se llenaban de sangre nuevamente, las viejas heridas que tenia se volvían a abrir.

Sus pulmones parecían tener una enorme dificultad tratando de respirar, sentía su corazón yendo a un ritmo cada vez mayor, su brazo izquierdo se sentía pesado, al borde de un infarto. Pero aún así ... sentía que el precio por no decir nada sería incluso peor—¿Crees que... las personas de esta aldea te despreciaban como lo hacían... sólo porque te odiaban?— pregunto al aire.

—...

Silencio fue la respuesta del pelirrojo.

—¿Crees que era porque te creían el carcelero del Kyūbi?...No... no era por eso el trato hacia ti— dijo el Shimura con el sudor bajándole por la cara—. La aldea necesitaba a alguien quien pisar, necesitaba un desagüe, no te odiaban por la bestia... ningún Jinchūriki tenía un trato tan grave a propósito... fuiste simplemente elegido para cargar el odio del mundo... así es como es... podrá no parecerte justo, pero considerando el hecho de que ni siquiera contenías a la bestia y que no tenias Chakra para usar... es lo menos que... lo menos que...

—¿Lo menos que cosa? ¿Qué podía hacer?— pregunto el pelirrojo, poniéndose enfrente del Hokage, cara a cara, él siendo considerablemente más alto, tenia que encorvado la espalda para verle fijamente—. No te debo nada... ni a ti... ni a nadie en esta aldea... ¿Qué me detiene ahora? ¿Qué impide que les haga pagar lo mismo que tuve que pagar yo?

—¿Matarías... a personas inocentes...? Lo contrario a lo que dije Hiru...

Las manos hechas de sombra de repente se agitaron, agarrando y enterrando adentro de la carne de Danzo, debajo de su piel, debajo de sus párpados—Tu no dirás su nombre, no te mereces decirlo— declaró la voz del pelirrojo, y todo lo que podía ver Danzo era el rojo... dos orbes rojos que no paraban de brillar—. Todas las personas de esta aldea sabían bien lo que era... ellos veían al vertedero como tu lo llamas... y no hicieron nada. La ignorancia no es igual a la inocencia— hablo el pelirrojo con voz grave.