Capítulo 41

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La información golpeó a Naruto como si fuera una avalancha poco después de lo que había sucedido, por decirlo de manera sencilla, no había mucho en lo que trabajar respecto a lo que había pasado. Había dejado un clon especializado para que lidiara con la situación si le sucedía algo mientras estaba lejos de la aldea, pero había sucedido algo prácticamente cuando ya se había calmado, en vez de cuando estaba ocupado, lo cual era… extraño.

No había pasado nada de nada en ese tiempo, el entrenamiento había avanzado, los exámenes Chūnin estaban a la vuelta de la esquina, el pelirrojo estaba confiado en la fuerza que cada uno de los que entrenaban bajo su tutela tenían. Sin embargo, justo antes de haber regresado el clon había sentido interferencia de algún tipo justo en una de las áreas más importantes para el cuerpo principal, la tumba de Hiruzen Sarutobi.

Las memorias del pelirrojo todavía estaban frescas respecto a viajar a ese lugar bastante a menudo para hablar a dicha tumba, justo debajo de la piedra conmemorativa, Danzó podría ser todo lo que Naruto podría odiar, pero jamás demacraría la memoria de su mejor amigo.

La roca había sido destrozada y la tumba ultrajada.

No había sido hasta horas después que alguien había descubierto algo.

La expresión de Naruto mientras usaba Kuninokotachi en el área para arreglar la roca no le había ayudado a aprender quien lo había hecho.

Kusho, aquella criatura sin cabeza que se había robado la cabeza de Minato Namikaze, no había sido quién había atacado la tumba de su abuelo. Pero dejando de lado eso, había atacado a la familia Uzumaki, lo cual era suficiente como para molestar a Naruto, su relación con la familia Uzumaki seguía siendo complicada, pero Naruto no iba a permitir que nadie lastimara a nadie que le importaba.

Dejando eso de lado, no le tomo mucho tiempo a Danzo queriendo explicaciones.

Comprensiblemente, lo ignoro.

Naruto suspiro mientras caminaba por las calles de la aldea, las expresiones de repelus de los habitantes de la aldea no le estaban dejando de mejor humor.

Ese tipo no se equivocaba, en verdad que es mi pasado viniendo para morderme el culo. Pensó el pelirrojo mientras iba a una tienda de comida, sacaba lo que había venido a comprar, y se iba dejando el dinero en el mostrador antes de que el duelo siquiera se diera cuenta que había estado allí.

Ya tenía suficientes problemas dándole dolores de cabeza como para que las cosas que había vivido antes de regresar a las naciones elementales volvieran para atormentarle.

Tenía un nudo en el estómago del tamaño de sus intestinos, casi literalmente. Planeaba simplemente ir a su casa, cocinar algo para las chicas que vivían con él, e irse a dormir por un día o dos, no tenía energías para hacer nada en lo más mínimo, su hermano lo sabía así que se puso a investigar acerca de lo que había pasado, si bien Naruto había querido ir también, Issei le había dicho que era mejor descansar.

No físicamente, pero si mentalmente. El Okami no había podido decirle a su hermano de manera genuina que se encontraba bien, pero por otro lado, su hermano había estado bastante callado cuando hablo acerca de entrenar la energía del caos, así que ese tema fue dejado de lado.

Justo cuando iba a entrar vio a alguien que no se esperaba en la entrada de su casa.

—¿Sasuke?— pregunto alzando una ceja al ver al Uchiha varón de la aldea allí. El pelinegro simplemente alzó una mano a modo de saludo.

Naruto Okami: Sacrificado al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora