Capítulo 17

250 12 0
                                    

·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨(¯ˆ·.¸ ¸.·ˆ¯)¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨

Capitulo 16

No siempre será fácil

·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨(¯ˆ·.¸ ¸.·ˆ¯)¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨·..·¨·..·¨·..·¨·..·¨¨·..·¨·..·¨

.

.

.

_J ۩۞۩ j_

.

.

.

Se levantó ese día como cualquier otro, mirando a la nada por un rato sentado en el futon, y acariciando la cabeza de Chen por bastante tiempo antes de levantarse genuinamente y ponerse a hacer algo.

Comer y dormir habían sido sus cosas favoritas por bastante tiempo, pero su padre le había dicho que esas no eran cosas que podrían simplemente gustarle, eran necesidades, necesitaba saber que más le gustaba hacer.

La respuesta era mundana realmente.

Le gustaba entrenar y le gustaba la tranquilidad.

Algo que el pelirrojo había aprendido bastante bien era que la tranquilidad era difícil de conseguir si estabas indefenso, si eras débil no había forma de que evitarás el peligro de alguien más fuerte.

Así que le gustaba entrenar, volverse o mantenerse fuerte –Incluso si fuera más una rutina que realmente algo que le ayudará a mantenerse en forma– era la manera de garantizar el que podría estar listo para cuando proteger esa tranquilidad se tratará.

Miro a la taza de café en su mano derecha y a la jarra de la cafetera medio llena en su otra mano.

Probablemente estaría mejor usando alguna técnica para mantenerse alerta, o usando un tipo de poción revitalizante.

Pero nada iba tan bien como el café, que seguidamente se llevó la jarra completa a la boca y bebió hasta que sintió las conexiones de su cerebro encenderse por la cafeína.

Se estiró un poco antes de empezar su calentamiento matutino, a las cinco de la mañana no había mucha gente despierta después de todo.

O bueno, no muchas. No como ciertos portadores de spandex verdes que traían a sus casi dormidos compañeros de equipo arrastrados en un trote alrededor de la aldea.

Era agradable tener gente con la que hacer algo, suponía.

Suspiro levemente mientras se sentaba en una roca justo a las afueras de los muros de la aldea.

Luego se llevó las manos a la cara.

No creo que ella siquiera me vuelva a hablar después de lo de ayer, se que no soy el tipo más social del mundo, pero no me esperaba que fuera tan malo. Fue lo que pensó el Okami recordando su cita con la castaña del país de hierro.

Naruto Okami: Sacrificado al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora