Capítulo 40

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Era un nuevo día en el País del Viento.

Al noreste de dicho país había una región con los límites que tenían con el País de la Tierra, delimitados con el pequeño país de la roca entre ambos, era uno de los lugares que tenía de una manera más cercana exportaciones minerales y agrícolas al resto del país.

La capital de esa región estaba destruida.

Con una población de casi 700 mil personas, la ciudad de Akkan había sido reducida a poco más que escombros, más de la mitad de la población había muerto hace poco, la luz de la mañana chocaba en contra de un terreno destruido.

En las ruinas del lugar se encontraba un pelirrojo viendo hacia el lugar parado sobre un montón de roca destruida, las personas heridas, la ropa de cadáveres usados para la Invocación de demonios hace poco había sido suficiente como para que ahora estuvieran volando con el viento.

Naruto se quedó callado viendo la destrucción que había traído allí.

Había analizado a detalle todo el campo viendo lo que había sucedido, la mitad del cadáver del Devorador de dioses había desaparecido, junto con eso, los cadáveres andantes llamados Malebolgias habían desaparecido completamente, como si el aire mismo las hubiera hecho desaparecer.

Naruto se miro la mano.

La imagen de una castaña sonriendo estaba grabada en su memoria.

Cerro el puño con fuerzas.

Miro a Testarossa aparecer de repente arrodillada a su lado mientras mantenía una expresión neutra en su cara—Hemos resguardado a doscientas cincuenta y siete mil, doscientas y siete sobrevivientes hasta ahora, Okami-sama, sin embargo están considerablemente alarmados por ser nosotros los que les buscamos— explico la peliblanca mientras Naruto se rascaba la mejilla.

Cierto, los demonios humanoides cómo Albedo, las Primordiales y él mismo tenían esa apariencia por como eran, una enorme cantidad de demonios se veían como criaturas de terror para los humanos.

—Reúnelos— dijo Naruto mientras se paraba de dónde estaba y veía el sol subir.

En esos momentos podía sentir como toda su fuerza estaba completa, sino es que más que antes, pero incluso entonces estaba lejos de usar su poder completo.

Eso había subido sus sentidos, el sentir como el miedo afloraba en el aire con sus sentidos demoníacos, podía sentir cada una de las personas asustadas, después de todo podía suponer que desde las perspectivas de ellos, él y los demás habían sido los invasores que habían destruido el lugar.

Habían personas heridas en el lugar, había una cantidad aún más grande de gente que parecía asustada solamente por verlo allí, junto a la enorme cantidad de criaturas Demoníacas que procedieron a arrodillarse enfrente suyo.

Naruto extendió las manos a los lados y formó un sello de manos.

Tan solo ese gesto de manos había sido suficiente como para hacer que todos y cada uno de los presentes temblará mientras el pelirrojo concentraba su Chakra. La cantidad demencial de Chakra que era necesaria para lo que iba a hacer.

Jōdokyō: Seion Chisui (Enseñanzas de la Tierra Pura: Aguas Purificadoras Serenas)

De la nada, prácticamente de manera instantánea, agua se formó en los cielos.

En particular, una enorme formación de agua nacarada, de un color celeste claro brillante, y de un tamaño tan grande como para cubrir toda el área que habían destruido en todos los combates que habían tenido.

Y de manera lenta pero constante empezó a gotear.

La composición del agua era, después de todo, no simple Chakra que mimetizaba la composición agua, sino genuina agua con propiedades especiales, creadas por Chakra Yang junto a un montón de otras cosas que Naruto había aprendido respecto al espíritu, un agua capaz de sanar hasta las peores heridas, revitalizar y calmar era sencillo para esas aguas.

Naruto Okami: Sacrificado al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora