capítulo 11

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Capítulo 11

Ruido

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No le gustaba pelear.

Para todo el entrenamiento, habilidad, talento y crianza que tuvo... jamás le gusto realmente combatir. Simplemente no poseía las ansias de matar y combatir, no importaba que tanto lo quisiera, era un hecho que no tenia una pasión real en el combate.

Se sentía un tanto inmerecido.

Había sido un niño tirado a la basura como cualquier otro. Podrías haber dado la vuelta en la esquina y encontrarías a diez como él.

Eso le hacía preguntarse...

¿Por qué él?

Su vida completa había cambiado y, suponía, que cualquier otro en su posición estaría haciendo algo como ir por allí salvando países y siendo un héroe, y luego estaba él, la mayoría de niños huérfanos del ataque del Kyūbi probablemente ya estaban muertos desde años, ¿Qué lo había hecho merecedor de que ese no fuera él?

Incluso si el destino existía o no... si eso era suficiente para justificar que alguien que ni siquiera quería pelear fuera aquel que poseía el nivel de fuerza que tenia... no sentía que realmente le importara en el fondo.

Se puso nuevamente el casco que había llevado, había sido en parte para que los gases químicos no fueran una molestia y en parte para que Cosmos tuviera una fuente de comunicación con él, pulso un botón justo a un lado del casco—Muy bien, ya he terminado por aquí, aborden la nave, tengo una cosa que necesito que se encarguen— declaró cuando las raíces a su alrededor empezaron a brillar.

Empezó a caminar por el suelo de la habitación del trono.

Sus pisadas manchaban con sangre en cada movimiento, al mismo tiempo que el cuerpo irreconocible detrás suyo estaba inmóvil después de unos cuantos minutos del pelirrojo entrando en el cuarto.

Amaru por su parte salió de la fortaleza del mismo modo que había entrado, siendo seguida por la gente de su pueblo la cual estaba siendo apenas capaz de procesar lo que pasaba, no sabían como iban a siquiera bajar de una fortaleza que volaba cientos de metros en el cielo.

Y luego vieron aparecer un enorme objeto metálico rectangular de color negro, parecía una especie de máquina compleja que ni siquiera sabían de donde había venido. Tenia las puertas abiertas de manera tal que invitaba a su interior.

Amaru, con algo de duda, hizo que todos los de su pueblo entrarán directamente.

Naruto no había elegido el Behälter por nada más que por si tamaño considerable, capaz de meter sin problemas a la totalidad de aquel pueblo con espacio todavía sobrando, y con la parte del frente estando completamente tapada al frente de tal manera que parecía que la máquina se manejaba sola.

Naruto Okami: Sacrificado al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora