Capítulo 24

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Capitulo 24

Noche de tormenta

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Para todo lo que importaba respecto a los distintos viajes y la infinidad de combate que Naruto había tenido a lo largo de su vida, sus años adolescentes no empezaron siendo en medio de un campo se guerra sin fin, en dónde usará su fuerza a su máximo potencial y fuera glorificado como una especie de dios, no, al contrario de eso, en su cumpleaños número quince, su padre le había dejado en una dimensión sumamente hostil, y le había dejado allí para ser... un minero.

Así de sencillo era.

No había instrucciones que le dijeran acerca de que debería de hacer, no habían reglas que debía seguir, podía dejarlo e ir a pelear a dónde fuera, había combate por doquier en esa dimensión, pero Izanagi le dijo que si lo hacía por si mismo, fallaría la prueba. Así que no podía pelear por estar aburrido, o simplemente sería sacado de la dimensión y ya.

Pero allí, tuvo algo que no tuvo antes en toda su vida.

Tiempo para pensar.

Los filósofos no eran demasiado famosos en su mundo de origen, había aquellos que estudiaban la psicología de los shinobi, y aquellos que teorizaban de como era su mundo, pero sus números eran tan pocos y sus ideas eran solamente cosas que la mayoría ya sabía, pero con mayor cantidad de palabras.

Con ello ya dicho, el Chakravartin, el ángel del orden, el heraldo de Izanagi en el plano físico... filoso en lo más profundo de una mina mientras subía y bajaba su pico.

Pasaron demasiadas cosas en ese mundo, tantas que era difícil enumerar que de todas esas cosas era lo que había marcado su carácter a como era hoy en día. Pero ni una sola vez en ese mundo había levantado su puño por su propio beneficio, le había hecho entender las cosas desde una perspectiva diferente.

Ese día, en aquella noche, en la aldea escondida entre las nubes, lo demostró.

—¿Hay algún indicio de quienes fueron aquellos que orquestaron el secuestro?— uno de los ancianos del clan Yotsuki, uno de los sub-lideres de la aldea que no aprobaban de Yoruichi como la Raikage por años, dijo con tranquilidad, está sabía que la carta diciendo que tenían a su hija y a la Jinchūriki del Kyūbi solo alarmaría más a los presentes, sobretodo cuando nadie más que ella reconocería los símbolos que su clan usaba.

Naruto Okami: Sacrificado al destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora