Capítulo 18.

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Capítulo 18. "¿Lo prometes?"

La felicidad es relativa, diferentes significados para diferentes personas.

Por ejemplo, para Anne, la felicidad era por fin haber logrado salir de ese horrible agujero negro de alcoholismo y depresión por el que había sido consumida por durante tantos años, y aunque no había sido fácil, y tenía que seguir asistiendo a doble AA, así como no dejar su terapia, por fin, después de dos meses internada, ahora podía decir que era una mujer nueva y lista para salir al mundo, claro que, no sola, sino con Harry a su lado todo el tiempo, el rizado era su principal motivación en todo. Con su nuevo comienzo, todo el odio y récor que había sentido por durante años, quedaba atrás, dejando paso solo a malos recuerdos que, sin duda, serían difíciles de perdonar... Anne sabía que había dañado a su hijo por durante tanto tiempo y tan profundamente, que no entendía como era que Harry no la odiaba. No, el rizado era el más feliz por el cambio de su madre, porque al fin había cumplido su promesa y no solo habían sido palabras al aire, ahora ambos estaban dispuestos a olvidar, concentrándose puramente en los momentos buenos que, sin duda, estaban por venir, recuperando todo el tiempo perdido.

Harry, para el rizado la felicidad no era solo ver a su madre salir adelante, sino también, que él lo estaba logrando, su vida estaba siendo favorecida en muchos aspectos. Con la reciente llegada de Niall a su casa, el ojiazul había comenzado a ayudarlo con los gastos del hogar, por lo que ya no se veía tan presionado con los pagos que debía hacer, además, su madre había prometido, que en cuanto su psicólogo lo autorizara, ella buscaría un trabajo también, el ojiverde no podía creer, que después de tanto tiempo, estuviese considerando la idea de dejar su trabajo, pues con Niall y su madre ayudándolo, más el dinero que Desmond le daba, era más que suficiente para cubrir todo y no tener que seguir desvelándose en la panadería todas la noches, no podía estar más feliz por eso. Y es que después de tanto tiempo, la vida parecía sonreírle nuevamente, los problemas se desvanecían poco a poco, y lo mejor de todo esto, es que no estaba solo, no como hace meses, antes de conocer al ojiazul, cuando su única familia era Liam, con quien siempre estaría agradecido por ello, y es que ahora, no comprendía que había hecho bien, pero ahora no solo tenía a Liam, sino que también tenía más amigos, y no solo eso, además de haber recuperado a su madre, ahora también tenía una nueva familia, una a la que por primera vez, sentía que pertenecía, pues Emma, Lisa, y ni hablar de los gemelos, ya lo querían como si fuese un hermano más para ellos. Mark y Jay, no podían pensar en Harry sin referirse a él como un hijo más, el ojiverde ya era otro miembro de la familia. Pero sin duda alguna, lo que más hacía feliz a Harry, era tener a ese pequeño ojiazul a su lado, a quien jamás pensó llegar a amar tanto, pero ahora lo hacía, lo amaba en todos los sentidos, lo amaba en todos los momentos, y en todas las situaciones, lo amaba cuando reía, cuando lloraba, cuando gemía, cuando gritaba, cuando no hablaba, cuando lo hacía demasiado, cuando perdía la paciencia, cuando por alguna razón, también parecía tener paciencia infinita, cuando dormía, cuando leía un libro y sus ojos se iluminaban porque los protagonistas de esa historia por fin se confesaban sus sentimientos, cuando explicaba temas que para el rizado eran incomprensibles pero el castaño los hacía ver tan fáciles, cuando deletreaba y se perdía en ese momento porque realmente estaba haciendo algo que amaba. Lo amaba cuando en aquellas tardes, donde solo eran él y Louis, el castaño se sentía tan cómodo, que se recostaba sobre su pecho y comenzaba a cantar sus canciones favoritas, hasta que se quedaba dormido, balbuceando algunas cosas que Harry a veces no entendía, pero sí que le sacaban una risilla. Simplemente lo amaba para siempre y mucho más, como siempre le decía.

Louis, quien hace unos meses era un chico tímido, retraído, con solo un amigo en toda la escuela, temeroso de hablar hasta con una mosca, ahora no podía estar más lejos de eso, los cambios a su vida también habían llegado, junto a unos lindos ojos verdes, los cuales, se ganaron no solo su corazón, sino también su alma desde que los miró por primera vez, desde que escuchó su voz por primera vez, aunque no hubiese sido el mejor de los encuentros, con ese "fuera de mi camino" que vamos, no ha sido el momento más romántico en su historia de amor, pero esa voz, sí que logró mover algo en el corazón del ojiazul. Ahora, sabía perfectamente lo que esa sensación había sido, una palabra de cuatro letras "A-M-O-R" como la canción de Nat King Cole.

En Otra Vida (Larry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora