idiota [banginho]

Capítulo 13

Habían decidido que lo primero que harían sería ver una película, disfrutando el hecho de que en las funciones de la película que escogieron no habían demasiadas personas a esa hora. Las compras las harían después y la cena era el último punto de su cita.

Así que, allí estaban. Disfrutando de la comodidad de los asientos del costado, sin ninguna persona que los molestara desde atrás o algún curioso al frente. 

Chan acariciaba el dorso de la mano de Minho mientras veía las imágenes en la pantalla gigante, disfrutando de tener la cabeza del menor recostada en su hombro. En un momento, Minho se enderezó y Chan giró su rostro para mirarlo, quedándose prendido en el bonito, suave y delicado rostro de Minho. 

Suspiró. 

Al principio, en los primeros días en los que decidió no decirle la verdad a Minho para no lastimarlo; podría decirse que sí se sintió un poco arrepentido de su acto tonto, pero habían pasado varias semanas ya desde que había decidido intentar algo con Minho. Y demonios, él a veces como que se amaba un poquito por tomar estas desiciones tan de la nada. 

Minho era... maravilloso. 

Era lindo, tierno, atento y cuando lo tenía cerca, no había forma de que Chan quisiera separarse de él. Minho era precioso, y Chan podía decir que el menor estaba comenzando a robarle el corazón. 

Cuando Minho sintió su mirada encima, y se giró para observarlo con aquellos ojitos brillantes, que aún estando en aquella sala oscura parecían iluminarla por completo; Chan no lo pensó demasiado antes de acercarse y besar los labios de Minho, roblándole un suspiro. 

Era un beso suave, inocente, sin ninguna intención de por medio. Y Chan amaba la forma en la que a Minho le temblaban los labios, con sus nervios recorriendole el cuerpo. 

Chan se separó despacio, chocando su nariz con la de Minho ante de volver a unir sus labios. Esta vez, moviendo sus belfos contra los de Minho, suave y delicadamente, a la espera de que el menor se acostumbrara para que pudiera seguirle sus movimientos. 

Para cuando menos lo pensaron, sus labios danzaban juntos y en sincronía, y aquella película que ambos habían deseado ver con ansias, ahora sólo era su música de fondo mientras ellos se acariciaban los labios de forma sutil, sin segundas intenciones. Solo ellos queriendo probar los labios del otro. 

Solo Chan conociendo los labios del chico de bonitos ojitos, y solo Minho disfrutando de los besos que su amor platónico le daba. 

Solo ellos dos compartiendo el primer beso real de muchos que vendrían.