Capítulo 9

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-Hey, Chan, ¿recuerdas lo que te dije antes?-

Chan terminó de ponerse la camiseta y tomó la toalla para comenzar a secar su cabello, dándole una mirada curiosa a Doyoung.

-¿Qué?-

-Que tuvieras cuidado con Minho porque cualquiera puede quitártelo.-dijo, señalando levemente hacia afuera. 

Chan frunció el ceño y sin terminar de secar su cabello salió de los baños, buscando con la mirada a Minho, que ya no estaba en el puesto de antes, sino que ahora conversaba con Changbin, de pie cerca de la puerta. 

Changbin estaba con uno de los balones, haciendo trucos con este mientras Minho reía de algo que Seo le decía. Chan trotó hasta llegar a Minho, sorprendiendo a su menor (y a sí mismo) cuando abrazó la cintura de éste con su brazo. 

-Ya estoy listo.-le dijo, concentrándose en los ojos de Minho mientras sentía la mirada de Changbin sobre ellos. 

-Bien. Nos vemos después, Changbin.-se despidió Lee, recibiendo un pequeño saludo del nombrado. Chan observó como el menor caminaba despacio, jugueteando con el balón, hasta desaparecer por la puerta. Chan volvió su mirada a Minho y se encontró con la mirada curiosa del chico.-¿Por qué no secaste tu cabello? Hoy está haciendo frío, podrías resfriarte.-

-No quería hacer que esperaras tanto.-ni que estuvieras sonriedole bonito a otros. 

Minho negó y se separó levemente, buscando algo en su mochila antes de sacar una bonita sudadera color durazno. El menor la puso sobre su cabeza y comenzó a sacudirle el cabello, haciéndolo reír avergonzado. 

-No es necesario, Minho.-

Pero Minho no le hizo caso, quedándose allí frente a él, con sus ojitos concentrados en su tarea de secar el cabello del mayor. Y Chan no pudo evitar posar sus ojos en los bonitos labios de Minho, ¿a qué sabrán? 

E-es decir. Él lo había besado, sí, pero no se tomó el tiempo de apreciar cómo se sentían o qué sabor tenían los labios de Minho. É-él podía hacerlo ahora, ¿verdad? 

-Esto ya está listo.-escuchó que Minho decía, separándose de él para guardar la chaqueta de vuelta en su mochila.-Ya podemos irnos.-

Antes de que su mente pudiera funcionar de forma correcta, Chan se encontró sujentando la cintura de Minho suavemente e inclinandose hasta que sus labios tocaran la mejilla del pelimorado. 

Suspiró y moviéndose levemente, chocó sus labios con los de Minho, deleitándose con el sabor dulce que estos tenían. 

Él como que podía besar a Minho por toda su vida.

idiota [banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora