idiota [banginho]

Capítulo 23

-Oh, por Dios, Minho. Deja a Chan y cásate conmigo, desde ahora, ya, right now.-

Minho rió tímido bajo los halagos de su mejor amigo por el postre que les había preparado, mirando su teléfono distraídamente para revisar la hora.

-Podemos casarnos lo tres, ¿qué dices?-ofreció Felix, causando que sus mejillas se sonrojaran más.

-Ya basta, chicos.-

El sonido de llaves se escuchó desde el pasillo, y luego, sus padres aparecieron con varias bolsas de comida rápida, gritando un "feliz cumpleaños" correspondido por aquellos dos amigos que lo acompañaban. 

Minho dejó que sus padres lo besaran por todo su rostro y se mantuvo por unos largos minutos en un abrazo familiar. 

-Iré a poner la mesa.-avisó su padre, alejandose del abrazo y dejando un último beso en su cabello. Su mamá se separó de él unos segundos después, diciendole que estaría en la cocina. 

-¿Sabes por qué no vino Jeongin?-le preguntó Jisung, mientras él revisaba la hora en su teléfono.

-No estoy seguro, me dijo que tenía algo que hacer.-

-Ay Min, deja ese teléfono. Chan aparecerá en cualquier momento.-le dijo Felix, burlandose un poquito de él.  Minho hizo un mohín con sus labios, y justo cuando estaba por negar el hecho de estar desesperado por la llegada de Chan, el timbre de su casa sonó por toda la sala y de un salto se puso de pie para correr hacia la puerta. 

-Que cosa más linda.-escuchó que Felix decía, pero lo ignoró abriendo la puerta y lanzandose a los brazos de Chan una vez que lo encontró allí afuera. 

-Estaba ansioso por verte.-murmuró mientras Chan besaba su hombro y lo abrazaba por la cintura.

-Yo igual.-correspondió Chan, tomándole el rostro para dejarle un cálido y tierno beso en los labios. 

Ambos sonrieron mientras seguían besándose, sin importar que estuvieran a la vista de cualquiera, o de quienes los miraban desde el interior de la casa. 

-Y ese de allí, señores Lee, es Bang Chan. El enamorado de nuestro Minhonnie.-

Chan se separó bruscamente, ignorando el quejido de dolor que soltó Minho, y fijó su mirada en la mirada curiosa de los padres de Minho. 

Parece que olvidó ese pequeño detalle de su visita: conocer a los padres de su enamorado.