Una visita inesperada.

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Todos los personajes que aparecen en este fanfic son propiedad exclusiva de Rumiko Takahashi, pero teniendo en cuenta que no voy a sacar ningún bien económico con esto solo lo hago pura diversión.

Una visita inesperada.

"Estoy en casa". -habia anunciado Akane, pasando la mano por la puerta de papel y madera.

Se quitó los zapatos y suspiró, pensando.

Qué mal día!".

Kasumi se acercó a ella con su habitual delantal de cocina, sonriéndole maternalmente.

"Bienvenida Akane y Ranma?". -preguntó mirando por encima del hombro de su hermana.

Akane se tocó nerviosamente una de sus sienes al pensar en su "ex-prometido" que estaba rodeado de todas sus pretendientes que aspiraban a ser sus nuevas prometidas.

"Él Está ocupado". -respondió vagamente mientras su mirada se posaba con curiosidad en dos tazas de té vacías que descansaban sobre la mesa del salón.

"Kasumi, ¿tenemos invitados?". -preguntó frunciendo el ceño.

Oyó la voz de su padre que venía del jardín.

"Me alegro de que te haya gustado nuestro gimnasio". -dijo con suficiencia.

Akane se giró para mirar al exterior. El Sr Tendo volvía a entrar en la casa seguido por dos personas. Uno de ellos era bastante joven, un chico, un hombre alto y guapo con el pelo recogido con una diadema blanca.

Abrió los ojos con sorpresa.

"¡Shinnosuke!". -dijo en un suspiro. No podía creerlo. Frente a ella estaba el chico del Bosque Ryugenzawa, el que le salvó la vida cuando era una niña y que estaba a punto de morir por sus heridas.

Le vio acercarse con su kimono azul y el inseparable cepillo de madera en la mano. El sol poniente iluminó su apuesto rostro y sonrió como si volver a verla fuera lo más hermoso del mundo.

Unas manos fuertes y arrugadas agarraron las de la pequeña Tendo.

"Akaneeee que placer verte de nuevo". -dijo el abuelo de Shinnosuke llorando como una fuente.

Soun se unió a ellos y dirigiéndose a su hija le explicó con tono orgulloso.

"Hija mía, han venido a verte como agradecimiento por salvar la vida de Shinnosuke. Si no hubiera sido por tu valentía, ahora no estaríamos todos juntos aquí, jajaja". -y le dio cariñosas palmaditas en el hombro del chico que tenía al lado.

En un momento, Akane recordó las imágenes de la peligrosa lucha con el monstruo de siete cabezas Orochi, el divertido disfraz de mujer de los chicos y luego, Ranma.

Ranma celoso...preocupado.

Ranma le tendió la mano para que se fueran juntos a casa. Su primera vez de la mano. Qué dulce había sido, pensó con el corazón apretado.

La voz de su padre la sacó de sus pensamientos.

"Vamos, entremos. No nos quedemos aquí, el aire se vuelve fresco".

Shinnosuke aún no había dicho una palabra; sólo se había limitado a mirarla fijamente.

"Tienes buen aspecto Akane". -dijo finalmente en tono cariñoso.

"Yo...gracias Shinnosuke". -respondió casi despertando de un sueño. "Me alegra de que hayas venido a verme".

"Shinnosuke insistió tanto que no me apetecía decir que no, ¿verdad, Shinnosuke?". -dijo el abuelo guiñando un ojo y dando un codazo juguetón a su nieto.

Cree en nosotros una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora