Ohm.🍃
A lo largo de mi vida, he tenido constantemente a Nanon sobre mí cuando estamos en la cama jugando.
Es bastante usual para nosotros incluso dormir juntos y él suele subirse a mi cuerpo para estar cómodo.
Nunca pensé en esas acciones como si fuera algo diferente a una amistad con mucha confianza, pero ahora siento algo completamente diferente.
Levanto rápidamente su camiseta, la tiro a un lado y vuelvo a besarlo, bajando las manos por su piel desnuda.
Él jadea cuando nuestras entrepiernas se frotan y me quita la ropa también.
Parece bastante impaciente y no puedo culparlo, porque lo estoy también.
Nunca noté lo mucho que deseaba esto.
—El pollo —dice apenas la puerta suena y golpeo frustrado la cama.
Me incomoda demasiado que nos interrumpan.
—¿Por qué pediste pollo?
Nanon entreabre la boca y luce indignado.
—Tú querías pollo, eres el que siempre tiene hambre.
—Ahora quiero comer algo diferente —respondo acariciando su cintura.
Él me mira a los labios y sonrío cuando me besa nuevamente, pero el repartidor vuelve a tocar.
—Iré yo —dice dándome un beso corto y lo veo buscar su camiseta.
Ahora me odio por haber insistido con pedir el estúpido pollo.
Me levanto cuando escucho que cierra la puerta luego de dar las gracias y camino a la cocina.
Pone la bolsa en la mesa y saca la comida.
Llevo mis manos a su cintura acercándome, y me acerco a su cuello para besarlo.
—Ohm, la comida va a enfriarse.
—Entonces hay que apurarnos —respondo quitándole la camiseta de nuevo.
Jadea cuando paso mis dedos por sus pezones y me mira a los ojos moviendo sus labios como hace cuando quiere decir algo pero no se atreve.
—¿Qué pasa? —pregunto acariciando su mejilla.
—Quiero esto —dice bajando la mirada— de verdad lo quiero, incluso puedo asegurarte que he querido esto toda mi vida, pero me asusta.
—¿Es por Thia?
—Es porque siempre has dicho que no te gustan los hombres.
—¿Te parece que soy alguien a quien no le gustan los hombres? —suelto llevando su mano a mi entrepierna y escucho como suelta un ligero gemido al tocarme.
—P-Pero tú dijiste...
—He dicho muchas cosas durante estos años, lo sé, pero te amo, y siempre te he querido a ti para mi vida.
—¿Ahora es diferente?
—Desde que te oí decirme que lo es para ti, ya no he podido dar vuelta atrás y esta es la única manera en que te veo ahora.
Él sonríe pegando su rostro en mi pecho y sé que quiere ocultarse, porque está avergonzado.
—Nanon —digo besando su cabeza.
—¿Sí?
—Me gustas y tal vez llevas mucho tiempo gustándome, pero no me había dado cuenta.
—Pero te casaste —suelta en un hilo de voz.
—Puedo divorciarme.
—Debe ser el matrimonio más corto de la historia —responde abrazándome.
—En Kuwait una mujer le pidió el divorcio a su esposo 3 minutos después de casarse.
Él me mira confundido.
—¿Por qué sabes eso?
—Busqué datos cuando te fuiste de la boda, porque pensaba en como decirle a Thia que quería divorciarme.
—Pensé que te quedaste porque habías aceptado que trataríamos de no arruinar nuestra amistad.
—Decidí divorciarme apenas te oí decir que me amabas de esa manera —confieso cargándolo a la barra de la cocina— aunque estaba confundido no sería capaz de seguir con algo después de saber que te hace mal.
—¿Eso significa que me amas? —pregunta con una sonrisa.
—Te amo, de la misma manera en que me amas tú.