DISCLAMER: ¡Aquí vamos con el penúltimo capítulo!!!! Y creo, CREO, que tiene muchos elementos para convertirse en uno de vuestros favoritos... ¡Ya me diréis vosotrxs!! :P
Por cierto, veo que el enamoramiento por esa joya de ilustración ha sido unánime y no esperaba menos porque.... madre mía 😍😍😍
Estamos a las puertas del final, que se publicará mañana en honor al reto de los votos, ¡así que no dejéis de gritar si os gusta (¡y si no, también se agradece cualquier crítica constructiva!), ¡y vamos a ello!!! 💃💃😊😊😊 ¡Nos leemos!
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Dos grandes manos apartan la tela y revelan el rostro que permanecía en penumbras. Un joven de piel canela, ojos profundos y sonrisa amable la observa con curiosidad. Y Emma, al reconocer al hombre de la visión, suspira. Un peso muerto abandona sus pulmones y su cuerpo junto a esa respiración y cree que sus pies podrían despegarse del suelo en cualquier momento. Abre la boca, quiere pronunciar su nombre, volverlo aún más real.
Pero alguien se adelanta.
A su espalda, flanqueado por sus hombres, rompiendo la solemnidad que flota entre los presentes, Arturo gruñe. Y lo hace pronunciando el nombre del mago con tanta repulsión, con tal odio, que este centellea en cada letra: "Merlín."
El mago se cruza de brazos, tuerce el rostro hacia él y camina en su dirección un par de pasos sin alterar su gesto. "Tú." Se limita a responder. Cuando apenas les separan un par de metros, el mago le observa detenidamente. "El muchacho que llegaría a rey, mi gran esperanza..." murmura a la nada. Y, por un segundo, Arturo se cuadra, creciéndose ante sus palabras, y el asco se reduce en su mirada. Pero es un espejismo. La voz de Merlín continúa hablando y la rabia regresa a Arturo como un huracán descontrolado. "Me has decepcionado."
"¡¿Que yo te he decepcionado?!" ladra una vez más. "Tú me vendiste falsas profecías, me embarcaste en una cruzada imposible, ¡arruinaste mi vida!" espeta llevando su mano a la empuñadura de Excalibur.
"Déjala donde está, Arturo. Esa espada partida no me lastimará." Ahí, a menos de medio metro de distancia, la diferencia de altura entre ambos se hace aún más notable. Tanto, que parecen la viva imagen de un padre regañando a un hijo díscolo.
"Tienes razón." Espeta Arturo enseñando los dientes con cada palabra. "Un mago de tu nivel merece algo a su medida."
Todo ocurre tan rápido que Emma, demasiado lejos, tarda en entenderlo. Se suceden dos rápidos movimientos entre ambos y, lo último que ve, es cómo Merlín se aleja de él de un salto. Pero es demasiado tarde. El mago eleva su brazo y, ahora sí, Emma lo ve con claridad. La muñequera que durante días les ha protegido de Zelena descansa ahora contra la piel de Merlín.
"¡No!" grita la Salvadora desesperada.
Merlín sólo mira su brazo sin terminar de entender qué sucede, pero el grito de Emma le obliga a reaccionar. Arturo se adelanta hacia él amenazante y Merlín eleva sus manos para detenerle. Pero nada sucede.
"No eres nadie sin magia, ¿verdad?" ríe desquiciado. "¡Aquí tenéis a vuestro gran mago!" proclama mirando hacia los habitantes de Storybrooke, donde nadie abre la boca. "Por si no te han enseñado modales, debes arrodillarte ante tu rey." Escupe con violencia antes de propinarle un rodillazo en el estómago. El cuerpo de Merlín se dobla por el dolor y Regina y Snow se mueven con intención de ayudarle. "¡Quietas!" ordena desenvainando su espada y acercando el filo partido hasta el cuello de Merlín. "Por su bien." Gruñe, hasta verlas regresar a su lugar. "Buenas chicas... ¡Guardias, detenedle!" ordena a voz en grito. "¡A él y a todos los que se han levantado contra Camelot!" exclama eufórico.
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Como un cuento de hadas (SWANQUEEN)
RomanceDurante el baile organizado en Camelot en honor de los recién llegados habitantes de Storybrooke, Regina es herida con una espada hechizada para matarla. Nada puede curarla y ella se niega a permitir que Emma se arriesgue a usar su magia como el Osc...