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DISCLAMER: ¡Aquí vamos otra vez!! Como esta espera ha sido larga no me voy a explayar demasiado: Por un lado, ¡estamos a 200 votos del especial de los 3 días!! Yo creo que lo conseguiremos antes de que acabemos la historia, pero no sé para qué capítulo tocará... ¡Recordar que ahora quedan 5 contando con este!

Dicho esto, me encanta cómo valoramos el aspecto Hookiano de los fics en función de sus apariciones o no 🤣🤣 ¿Este tiene aparición? Digamos que sí. ¿Que creo que os va a gustar? Digamos que también 🤣😏

No voy a dar más detalles, os dejo con el capítulo y espero que lo disfrutéis muchísisisisisisimo. ¡Nos leemos! 🥰

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Se sacude las manos al ritmo del aleteo de la paloma. A los dos segundos no se distingue el pergamino atado en su pata. A los 10, la figura entera del ave desaparece en la negrura de la noche de Camelot. Aun así, Emma la persigue con la mirada. Al menos observa allí donde imagina que vuela, fantaseando con que puede ver cómo llega hasta Lancelot.

"¿Te imaginas que, antes de encontrarle, se la come un halcón?" pregunta una voz chirriona junto a su oído.

"¡Joder!" grita dando un salto. A su vera, Rumpelstiltskin ríe dando palmaditas.

Hola!"

"Déjame en paz." Gruñe recogiendo los restos de cordel, tinta y pergamino.

"O, querida, me encantaría. Pero siento como tu alma, tus miedos, tus enormes inseguridades me llaman a gritos." Sus manos gesticulan contra sus oídos mientras gruñe: "Es realmente insoportable."

Cierra los ojos, niega con la cabeza. "Eso es mentira."

"¿Yo? ¿Mentir? ¡Nunca!" jadea dramático y ofendido, con una mano en el pecho. "La verdad es mucho más gratificante. Bum-bum, bum-bum, bum-bum, tu lindo corazoncito está rogando algo de atención, golpeando tan fuerte, deseando que las preocupaciones desaparezcan... ¡Y yo puedo encargarme de ellas! ¡de todas ellas!!" escupe, ralentizando su discurso. "Sólo tienes que... ¿Qué estás haciendo?" pregunta mientras Emma coge su chaqueta y alcanza el pomo de la puerta sin siquiera mirarlo. "¡Qué maleducadda!" ríe.

La puerta se cierra de golpe, haciendo retumbar madera y piedra, y Emma se aleja apresuradamente. Pero todavía puede escuchar la impertinente voz del duendecillo tras ella. "¡Magnífica idea! Esa puerta seguramente es suficiente para retenerme. Quiero decir, ¡no es como si estuviera en tu cabeza ni nada parecido!"

Baja las escaleras igual que si la persiguieran. Con miedo a que la alargada sombra del maldito duende siga sobre su hombro. Y no, no hay nadie. Pero no por ello se detiene.

Y, al bajar a toda velocidad, lo advierte. El sonido de una espada enfundada, chocando con la piedra de las paredes, torpe, errante. Hay al menos un soldado, quizás dos, intentando seguir sus pasos, no sin cierta torpeza. Se detiene, más por misericordia y diversión que por sensatez, y el ruido metálico deja de resonar a su espalda.

Por un instante, está tentada de bajar las escaleras con una lentitud total. Deseando ver a los soldados caminar cual tortugas para esperarla, pero esta vez sí gana la lógica. No deben advertir que les han descubierto. Y, desde luego, bajar las escaleras a cámara lenta mirando sobre su hombro al mismo tiempo sería, definitivamente, sospechoso.

Mientras continúa acercándose al salón principal, su mente deja atrás a los indiscretos hombres al percibir el ruido de la multitud. Cada vez más cerca, cada vez más fuerte. Sus tripas se revuelven. Y, al ver el comedor, aún más. Es como entrar de nuevo a la fiesta de la noche anterior. Esta vez, las mesas ocupan el centro de la sala. El baile, si es que hay, tendrá que esperar a que termine la cena de gala que Arturo ha dispuesto para todos. Pero el resto de los detalles son como revivir la espantosa celebración. La misma luz, los mismos adornos, la misma orquesta tocando sin fin, amenizando una escena que hoy, aún más, se desdibuja espeluznante. Ahora que conoce lo que se esconde tras Camelot, es incapaz de verlo de otra forma.

Como un cuento de hadas (SWANQUEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora