Capítulo 11

11 1 0
                                    

Christian
Me llevo las manos a la cabeza cuando me percato de que le he dicho a Will que lo quiero. Después de tanto tiempo, como he sido tan imbécil, aunque, él también me lo ha dicho.
—¿Estás bien? -Stacy me mira preocupada.
—Sí, perfectamente. En shock por haber entrado a la academia.
—Una amiga va a empezar su primer curso allí.
—¿Cómo se llama? -la curiosidad se apodera de mi.
—Judith.
—Si por casualidad me la encuentro, me presentaré.
—No me puedo creer que en septiembre vayas, ahora que teníamos este pisito tan bien decorado -finge que llora.
—No creo que me mude -le tranquilizo—. Solo tardo una hora en llegar. Seguiremos viviendo juntos.
—¡Bien!
—Aunque si tiene residencia, ¿debería quedarme allí no?
—Podemos hacer algún día una escapada a la academia para que conozcas las instalaciones.
—Es una grandísima idea -le digo mientras cojo una cucharada de su helado de chocolate.
—¡Oye! -me da un golpe en la mano.
—Que asco, que chocolate más malo -finjo que voy a vomitar.
—Es chocolate negro, el placer adulto -me hace burla.
—Pues espero que no todo el placer adulto sepa igual de mal -le guiña el ojo.
—¡Que cerdo eres! -me lanza un cojín. La mira, le lanzo el mismo cojín y camino hacia la cocina riéndome.
—¿Qué vas a querer para cenar? -le digo desde la cocina.
—¿Y si salimos? -me sugiere desde el marco de la puerta—. Han abierto un nuevo restaurante de pasta no muy lejos de aquí -sonríe.
Stacy es una adicta a la pasta, seguro que su fantasía sexual es ir a Italia a comer pasta con un italiano.
—¿De qué te ríes tú solo? -me mira fijamente.
—Estaba pensando en cuál sería una de tus fantasías sexuales.
—Adelante, sorpréndeme -pone los ojos blancos.
—¿Ir a Italia a comer pasta en un restaurante solo de pasta con un italiano? -rompo a reír.
—¡Imbécil! -me grita intentando disimular la risa pero no lo consigue.
—Está bien, salgamos a comer pasta -le digo y me muerdo el labio para no reírme.
—No puedo parar -dice entre risas.
Cojo una botella de vino rosado, la abro, sirvo dos copas de diseño y le entrego una.
—Me encanta que tus padres sean millonarios -sonríe Stacy y le da un sorbo a su copa.
—Es lo único bueno que han hecho en su vida, bueno y darme la vida -le guiño el ojo antes de darle un sorbo a la copa de vino rosado.

******* ******* *******
Después de la cena exageradamente cara para celebrar mi admisión en la academia, Stacy elige un bar al que ir para seguir disfrutando de la noche.
—Mierda -susurro.
—¿No te gusta este bar?
—El chico de esa mesa es William.
—¿Y la chica? -murmura Stacy y se muerde el labio.
—No tengo ni idea -susurro.
—¡Christian! -exclama Will. Viene hacia a mi y me abraza con fuerza. Apesta a alcohol y tabaco—. ¡Enhorabuena! -chilla y me besa—. Venid con nosotros.
Arisha se presenta sin dejar de sonreír, es atenta y educada. Automáticamente tengo la necesidad de emparejarla con Stacy y en ese momento me doy cuenta de que no he pensado en follarmela. Estoy cambiando. Will regresa con una jarra enorme llena de cerveza y con los vasos unos dentro de otros en la otra mano.
—¡Me encanta este bar! -grita mientras suelta las cosas sobre la mesa. Le miro y esbozo una sonrisa, Will se sonroja. Se sienta a mi lado.
—El primer brindis va por Christian que ha entrando en Linston -dice Stacy con orgullo.
—Yo también entro este año -añade Arisha.
Le damos un trago a la cerveza por mi, Will me mira y puedo ver como sus ojos brillan. Creo que el cumplir años y distanciarnos nos ha alejado de nuestro pasado, nuestros traumas y nos está convirtiendo en personas en vez de monstruos con problemas de agresividad.
—¿Y tú que estudias Stacy? -Arisha se muestra curiosa. No para de juguetear con el pelo, creo que le gusta Stacy.
—Historia del arte -le responde con una sonrisa.
—¿En Linston?
—Ojalá, pero estoy en una pública, no me va tan mal.
—Lo que importa es el talento -Arisha le guiña el ojo.
—Me has dicho te quiero -me susurra Will al oído. Abro los ojos tanto que tengo miedo de que se me salgan de las cuencas. Le miro y él me mira con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
—Perdona, me salió solo, contigo siempre estoy muy cómodo -susurro nervioso. Me sudan las manos, que asco—. Un momento, tú también me has dicho que me quieres.
Will se sonroja y aparta la mirada, empieza a mover la pierna con rapidez, se ha puesto nervioso.
—Tranquilo -coloco mi mano en su rodilla—. No te pongas nervioso, lo aclararemos todo y si quieres, podemos darnos una segunda oportunidad.
—Claro que quiero Christian -me susurra y sus ojos me mira con pasión.

Tú, Yo & El Verano  [Chicos Malos 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora