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La pastelería, el jardín de infantes y el departamento de los Kim eran vigilados día y noche. Los primeros días no dieron resultado, no había señales de ese maldito. Pero después de una larga y tediosa semana, la información obtenida era valiosa y más que suficiente.

—Entonces —habló el beta, cerrando su laptop—, ¿qué tenemos?

—Aun no entiendo por qué dejaste atrás tu puesto de líder —bufó el alfa, su alfa, colocando los pies sobre la mesita de café y jugando con una estatuilla.

—Prefiero mantenerme al margen, lo sabes —se puso en pie, quitándole la decoración de sus manos y colocándola en su lugar. Empujó los pies de su novio y limpió la mesita—. Además, ¿un beta liderando una pandilla de alfas? Al principio nos respetaban, pero los nuevos necesitaban pruebas de que era bueno para mi puesto, y era cansador. Y, de cualquier forma, sigo siendo el cerebro a través de ti.

—A mí me gusta estar a través de ti —sonrió con picardía, ganándose un leve golpe en el muslo, pero solo logró que siguiera coqueteando—. Agresivo, me gusta.

—Por favor, concéntrate —contestó el beta, sentándose en otro sillón, frente a él.

—Bien —esta vez, la seriedad inundó el ambiente. El alfa movió su torso hacia adelante, apoyando sus codos en sus rodillas. Dejó una carpeta sobre la mesita donde momentos antes estaban sus pies, y el beta comenzó a revisar su contenido—. Él no vive en esta ciudad. Tal y como decía en su identificación, es del otro lado del país; está en un viaje de negocios. También lo estaba cuando se encontró con el omega la primera vez.

—Así que solo necesitamos que no pueda volver a entrar a esta ciudad.

—Puede ser, pero es mejor que no quiera buscar más al omega, donde sea que esté.

—Coincido contigo —volvió la vista al alfa y continuó—. ¿Qué sabes? Debo darles alguna buena noticia antes de que colapsen.

—Este idiota no sabe del jardín de infantes, mis hombres estuvieron pendientes toda la semana y nunca pasó por ahí. Visitó varias veces el departamento, golpeaba la puerta, esperaba un rato y se iba. Siempre iba a horarios diferentes, supongo que esperaba encontrar al omega en algún momento. Al darse cuenta que no había nadie en esa casa, vino a la pastelería.

—Así es, lo vi por las cámaras. Más tarde, cuando pregunté, Yeri me explicó que pidió unos pasteles y se notaba, por su aroma y su actitud, que buscaba a alguien, pero no hizo ningún escándalo.

—Es una lástima —bufó el alfa—, porque así podía tener razones sólidas para liquidarlo.

—Jongin... —reprochó Kyungsoo.

—Lo siento, lo siento. Pero no estoy mintiendo, si le hace algo a mi beta, sus empleados o su negocio, desaparecerá del mapa.

—Dejando de lado el asesinato —retomó Kyungsoo—, ¿cuál es el plan?

—Le quitas lo divertido a la vida. Aun así —aclaró, antes de ser él mismo una víctima de asesinato—, lo asustaremos, como siempre hacíamos.

Kyungsoo observó a su pareja, analizando su actitud que comenzaba a tornarse nerviosa. Finalmente dejó todo en manos de Jongin, confiaba en él, por esa razón lo había dejado como su sucesor —sí, también eran pareja, pero eso no influyó en su decisión—.

...

Tras dos semanas de vigilarlo, sabían su rutina de memoria. Según la información obtenida, a ese maldito solo le quedaba una semana antes de volver a su hogar, así que era un buen momento para espantarlo. Sus hombres avisaron que acababa de abandonar el departamento Kim y, como habían calculado, caminaba hacia donde casualmente ellos estaban escondidos.

You saved me •°• DoWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora