𝐏𝐎𝐈𝐒𝐎𝐍 ; sirius black

𝗟𝗔 𝗙𝗨𝗥𝗜𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗜𝗭𝗔

Liza y Marlene caminaban por los pasillo tranquilamente, la castaña no le iba a contar absolutamente nada, considerando que se trataba de su propio hermano era obvio que lo iba a defender. Quizás ella estaba exagerando y no habia sido para tanto, pero así lo había sentido.

—Liza, ¡Elizabeth! —gritó sacandola de su burbuja—. Tenemos astronomía —avisó señalando el salón mientras Liza se daba cuenta que estaba pasando de largo.

—Lo siento...

—¿Estás bien? Te noto un poco apagada —preguntó la rubia posicionando su mano en el hombro de Liza, lo que la hizo temblar.

—Si. Estoy bien, sólo... un poco estresada.

Marlene asintió y la incitó a caminar al salón. Ella se fue a sentar con Dorcas, Lily estaba con Pandora Lovegood y el único asiento libre era con el mellizo de Marlene, Ethan.

—Señorita Scamander —varias miradas se posaron en ella, causandole escalofríos—. ¿Se encuentra bien?

—S-si, yo...

—Siéntese con McKinnon entonces —Liza suspiró hondo.

—Remus, sientate con McKinnon, ¡Rápido! —le susurró Sirius a su amigo.

—¿Qué?

—¡Hazlo! —siseó.

—¿Sucede algo, Black?

—¡Si! Lo que pasa es que Lupin quiere sentarse con McKinnon porque tiene mejor visión desde allí —mintió cuidadosamente. Liza lo miró confundida mientras Remus caminaba hacia Ethan.

—Bien, Scamander siéntese con Black y sigamos con la clase...

La castaña se sentó lentamente al lado de Sirius.

—De nada, Scamander —bufó el chico.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó. Esta vez no lo dijo poniendose a la defensiva.

—Porque lo vi en tu rostro, algo te hizo ese chico.

Liza se tensó y abrió su libro.

—Está bien si no me quieres contar, en realidad no lo está, me lo merezco —dijo encogiendose de hombros, la castaña frunció los labios.

—Idiota —murmuró.

—¿Cómo me dijiste? —le preguntó Sirius, Liza abrió los ojos como platos.

—Dije... que eres muy inteligente —Sirius arregló su pelo como una diva y siguió escuchando la clase.

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Al terminar la clase, Liza agarró del brazo a Sirius y se lo llevó a un pasillo vacío. Lo acorraló en una pared.

—¿Qué estas haciendo? —dijo mirandola coqueto.