𝗖𝗘𝗟𝗢𝗦

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Se venían los exámenes, Liza estaba cansada de tanto estudiar, llegó a pensar seriamente en volverse un alma libre y dejar todo

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Se venían los exámenes, Liza estaba cansada de tanto estudiar, llegó a pensar seriamente en volverse un alma libre y dejar todo.

Esta vez estaba estudiando en la Sala Común a las cuatro de la mañana junto a tres velas a su lado y el sonido de la chimenea y la lluvia. Los ojos se le cerraban y empezaba a no poder ni siquiera entender lo que leía.

—El primer ministro de... —estaba por susurrar cuando Sirius Black la interrumpió.

—¿Qué carajo? ¿Qué haces? —preguntó frotándose los ojos mientras intentaba acomodar su pelo.

—No es asunto tuyo —dijo sin mirarlo.

—Oh genial, ¿desde las cuatro de la mañana tienes ese horrible humor?

—¿Desde las cuatro de la mañana eres insoportable? —contraatacó intentando volver a concentrarse. Sirius se sentó a su lado y ella lo miró encarnando una ceja—. ¿Qué haces?

—Estoy viendo lo que estudias —Liza quiso darle vuelta la cabeza de una bofetada, pero se limitó a poner los ojos en blanco.

—¿Para qué?

Sirius respiró profundo y la miró fijamente a los ojos. Liza se puso tan nerviosa que su pierna izquierda empezó a moverse sin parar.

—Porque... Estoy aburrido.

—Me distraes.

—¿Te distrae mi belleza?

Si, por supuesto pensó ella, y al instante se arrepintió.

—Por supuesto que no, idiota —dijo bufando.

—Tienes una obsesión por llamarme idiota —observó, pero no se notaba ofendido.

—Te recuerdo lo que eres. ¿Podrías callarte? —Sirius rió y se encogió de hombros.

—Y... ¿Qué estudias? Yo podría ayudarte.

—No necesito tu ayuda, Remus y yo estamos bien —sentenció Liza. Sirius arrugó la frente.

—¿Remus y tú? —repitió sin entender.

—Si, estamos estudiando juntos —dijo restandole importancia, aunque fue suficiente para que Sirius no pudiera pegar un ojo en toda la noche.

• ────── ✾ ────── •

Al día siguiente, Liza bajó a desayunar como de costumbre, Lily y Marlene la esperaban.

—Sirius ha preguntado por ti unas... ¿Cuántas fueron, Mar? —le intentó decir Lily, pero la no recordar la cifra se dirigió a la rubia.

—Veintiocho veces, las conté —contestó orgullosa.

—¿Qué quiere ese idiota? —se preguntó a sí misma.

𝐏𝐎𝐈𝐒𝐎𝐍 ; sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora