vuela y vuelta

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• angst
• época SpainRP
——

Creía que su vida ya estaba escrita, dirigida en una sola dirección, con la opción de terminar en un tranquilo retiro o un trágico final.

No estaba en sus planes enamorarse, menos de alguien tan extravagante como lo era aquel chico de cresta.

Cautivado por su personalidad y apariencia, sus defectos y virtudes. Amaba todo de él.

Nunca sintió algo similar con otra persona. Tan solo bastaba mirarle a los ojos para sentirse en el cielo, viajando por el más allá, junto a él. Los dos solos, intentando pintar de rosa su propio mundo.

Era tan perfecto, tan irreal... y tan doloroso al saberlo.

Tan abrupto fue el momento en donde cortaron sus alas, cayendo desde grandes alturas, estrellándose en la realidad.

Sabía que su trabajo era difícil, y a pesar de todo aún quisieron intentarlo. Lastima que vieron las consecuencias demasiado tarde.

Y todo por una mísera bala perdida.

—¡Volkov!— la voz del superior resonó en la radio, inaudible ante sus oídos frente a lo que estaba mirando. —¡Despierta, Volkov!

Todo se derrumbaba a su alrededor, simplemente no podía apartar la vista del cuerpo de su amado, muy alejado de él.

—Superintendente llamando al comisario Volkov. ¿Me copia? ¡Volkov!— se oyó con más intensidad.

—Volkov, ¿Qué ocurre?— habló el oficial Greco, quien se posicionó a su lado, ocultándose detrás del auto en medio del tiroteo. —El súper habló, estás...

No comprendía porqué estaba tan estático hasta que miró sobre su hombro, viendo al muchacho de cresta desangrándose a lo lejos.

—Volkov, ¿Ese no es...?

—Horacio.— completó su frase.

Le ha costado pronunciar su nombre.

Deseaba que todo esto solo fuera un mal sueño, producto de su mente, y que en cualquier instante despertaría.

Todos los momentos vividos, tanto buenos como malos, pasaron rápidamente por sus ojos.

Se negaba a imaginarse cómo serán sus días ahora en adelante, con esa falta de cariño, de palabras dulces, caricias, besos, contacto...

Todo de él se había ido, y no volverá.

Su vista se nublaba, las lágrimas rebalsaban notoriamente, descendiendo de sus mejillas.

Juraba que en cualquier situación podría mantenerse fuerte. Pero este era su límite, la gota que desbordó su vaso. Dejando salir lo vulnerable de quien mostraba ser una persona de hielo ante los demás.

—¡Volkov, contesta, coño!

—Estoy con él, Conway, está bien.— respondió Greco por la radio.

Cerró sus párpados con fuerza, no quería presenciar más aquella escena. Rendido calló sentado, aferrando los brazos a sus piernas y escondiendo su rostro en estas.

Los sollozos no se detenían. Su compañero reposó la mano sobre su hombro, en señal de apoyo.

—Lo lamento tanto, Volkov.— aunque no pudiera calmar su angustia, escuchó como el contrario con voz quebrada y casi afónica, logró responder.

—Le... le dije q-que no volteara...
.
.
.
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Fin.

volkacio [ drabbles ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora