Mini maratón 1/2
Las chicas se han dedicado a perseguirme toda la mañana mientras hago la maleta. Tampoco me ha dado tiempo a decirles que no hacía falta que me acompañasen al taxi. Simplemente, me han repetido mil veces que iban a venir conmigo y se iban a quedar hasta que el taxi girase la esquina y no me viesen.
Mamá ayer consiguió mandarme dinero para pagar el viaje. Ha sacado algo de ahorro que teníamos entre los tres, así que, por suerte, puedo volver.
Eli y Yana se limitan a hablar sobre lo mal que van a estar sin mí, mientras yo me dedico a mirarlas rodando los ojos. Meto la ropa que creo que voy a gastar más en la maleta y después de organizar todo, me siento con ellas en mi cama. Por unos segundos, el silencio reina entre nosotras, pero se esfuma en cuanto Yana se levanta y se queda delante de mí de pie.
—¿Estás segura de qué quieres irte? —pregunta por quinta vez en todo el día.
Asiento, repetidamente.
Les he cogido mucho cariño en cuestión de unos meses y aunque me dé pena volverme, también sé que es un par de días solamente. Ni siquiera me voy todas las Navidades porque les hice una mini promesa de volver para pasar año nuevo aquí.
—Sabes que ahora mismo volveré.
—Y también sé cuál es el motivo por el que te vas.
Dani.
Su nombre se hace presente otra vez. Desde que nos peleamos solo puedo recrear su conversación en mi cabeza una y otra vez. Es como si no pudiese dejarme pensar en otra cosa. Somos muy diferentes. Creo que ha empezado a gustarme mucho y ambos sabemos que esto no iría a parar a ningún sitio. Él vive sumergido en una realidad que no le deja respirar y, en cambio, yo vivo en un sueño constante intentando trasmitirlo a la realidad.
Volver a Adare, aunque sea unos días me va a hacer bien para conseguir pensar y aclarar esto que me pasa con él. No es malo, pero me asusta que mis sentimientos puedan llegar a más. Es una sensación extraña.
—No es solo ese.
—¿Entonces? —pregunta Eli esta vez, mirándome con los labios fruncidos.
Alzo los hombros y me levanto de la cama.
—Volveré. No tenéis que preocuparos por nada, hacedme caso, por favor.
—¿Y si nos pregunta por ti?
Una duda se hace presente: ¿De verdad veo a Dani capaz de preguntar por mí? Quiero decir, nunca me ha demostrado que yo le cayese mal o que no le importase, pero tampoco ha sido muy receptivo a preguntar por otras personas. ¿Por qué motivo lo haría por mí?
Sacudo la cabeza intentando no exagerar demasiado.
—Le decís que estoy en Adare. No hace falta ocultarle nada. No es como si fuese a venir a buscarme.
Las miro y me acerco a ellas para abrazarlas. Llevan conmigo desde que me encontraron llorando en el pasillo. Me hacen reír cuando lo necesito, me escuchan cuando no dejo de hablar de cualquier tema trivial o me ponen películas cuando no tengo ganas de hacer nada. Liam y Landon también han estado pendientes de mí, pero no tan directos. Cada uno le preguntaba a su respectiva pareja. No querían molestarme y lo entiendo y agradezco. Además, son amigos de Dani, es obvio que querrán preguntarle antes a él que a mí.
Arrastro las maletas hacia afuera con la ayuda de Yana y Eli y por unos segundos me quedo observando el tramo de escalera. Por unos segundos, espero verlo subir arrepentido a pedirme perdón, aunque solo suba para despedirse de mí, sin decir ni una palabra. No sé lo que quiero, pero desde luego, verlo por última vez sería un buen principio.
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CONSTELACIONES
Roman pour AdolescentsQuizá el destino o las casualidades creyeron que lo mejor sería ponerlos en mitad del camino. Quizá ninguno estaba mental, ni sentimentalmente preparado para sentir, llorar y querer. Quizá nunca lleguen a hacerlo. O quizá ya sea demasiado tarde cuan...