Todo parece ir bien. Liam y yo ya tenemos nuestras notas y nos ha ido genial a los dos. Es un paso para conseguir la beca que necesito. Pongo mis datos en la página y relleno todo lo que me piden para después enviarla.
Una vez lo hago, el aire se expulsa de mis pulmones y sonrío. He hecho todo lo posible para quedarme, lo que pase a partir de ahora no tiene nada que ver conmigo. Intento mentalizarme cuando voy al espejo, repitiéndomelo varias veces.
Me quito el pijama y me pongo la ropa más básica que hay en todo mi armario. Unos pantalones vaqueros rotos, una camiseta de manga larga y encima una camisa y una chaqueta por si no vuelvo hasta tarde y hace frío.
Dani me pidió que si podía acompañarlo a su facultad y después a hablar con sus padres. Me recalcó demasiadas veces que no tenía que sentirme obligada a hacerlo y yo le respondí todas y cada una de esas veces que lo hacía porque quería.
Y era así. Realmente me dirijo a su habitación porque quiero estar para él cuando me necesite.
—¿Estás preparado? —le pregunto cuando me abre la puerta. Deja un pequeño beso sobre mis labios y asiente.
—Creo que sí. ¿Vamos?
Entrelazamos las manos y vamos dirección a su facultad. El papeleo que realiza Dani y la señora que lo atiende es algo que no entiendo, así que no me mareo en prestar atención. Después de una hora y poco, Dani termina y volvemos a la residencia para buscar el coche e ir a casa de sus padres.
Una vez estamos dentro, tarda varios minutos en arrancar. Tiene la mirada pérdida y eso me preocupa bastante. Toco su hombro, ganándome su atención y le sonrío.
—¿Estás bien?
—Sí. Es todo muy raro —me dice, sacudiendo la cabeza—. ¿Estás segura de que quieres...?
—¡Douglas! —interrumpo—. Sí, estoy segura. Mucho. Quiero estar ahí por si me necesitas.
—Pero ya viste como te trato mi padre y no quiero que vuelva a pasar.
—Sé defenderme sola. No me conoce, por lo tanto, diga lo que diga, no me afecta porque sé que no sabe como soy —hago una mueca al darme cuenta del juego de palabras que he hecho—. Arranca ya, que vamos a llegar tarde.
Sonrío y agarro su mano durante todo el viaje. Ninguno dice nada y yo tampoco intento sacar tema de conversación porque sé que cuando está nervioso es incapaz de decir dos palabras con algo de sentido entre ellas, así que intento calmarle haciendo pequeños círculos en la palma de su mano; detalle que solemos hacer bastante entre nosotros.
Diez minutos después, estamos justo enfrente de su casa. Muerdo mi labio, nerviosa y observo todo desde fuera. Es una casa enorme, incluso eso se puede saber viendo solo la fachada. Espero que Dani rodee el coche y cuando llega a mí me mira.
—Si quieres salir corriendo, solo dilo.
—Lo haré —prometo. No nos separamos durante segundos hasta que vuelvo a la realidad—. Si vamos ya, saldremos antes —susurro, ganándome su atención.
Asiente, volviendo a centrarse y entrelaza nuestras manos para seguir andando. Cuando llegamos, no saca ninguna llave de su bolsillo, porque se limita a tocar el timbre. Una chica de bastantes años más mayor nos abre la puerta. Dani solo la saluda y sigue andando hacia delante. Le regalo una sonrisa agradable a la mujer y lo sigo, observando todo con detenimiento.
Nada más entrar abro los ojos de par en par, impresionada. Lo miro todo con bastante rapidez porque Dani anda casi corriendo, queriendo llegar antes para salir antes.
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CONSTELACIONES
Fiksi RemajaQuizá el destino o las casualidades creyeron que lo mejor sería ponerlos en mitad del camino. Quizá ninguno estaba mental, ni sentimentalmente preparado para sentir, llorar y querer. Quizá nunca lleguen a hacerlo. O quizá ya sea demasiado tarde cuan...