Nada ha cambiado.

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Las pisadas eran uniformes, el sonido del fuego aplacaba los demás ruidos, pero esos pasos  eran capaces de identificarse y resonar. . . los largos y rubios cabellos de una niña sobresalieron de entre las llamas, el rostro blanco de la personita estaba con una expresión algo extraña.

Los gritos comenzaron a sonar.

—¡AÚN ESTÁ VIVA!— se oyó el primero.

—¿Cómo puede ser posible?— con voces temblorosas todos en aquella escena se preguntaban lo mismo.

El rostro lleno de quemaduras de una joven niña fue perturbado por un ceño extremadamente fruncido, que fulminó a todos los presentes.

—Yo. . .

Su voz era rasposa y horrible y nadie entendió lo siguiente que se dispuso a decir, así que el lector tiene el privilegio de saberlo; "los mataré" eso dijo, aquellos ojos con tanta determinación posteriormente se apagaron y su cuerpo  cayó de rodillas al suelo.


Ese día, naruko dejó salir a la bestia por primera vez.


Todo comenzó en el apartado más oculto del bosque, en un orfanato de las sombras, entre miseria y suciedad, dónde vivían unos niños; todos con sus camisones de color negro y siempre con todo tipo de armas en sus pequeños cuerpecitos, ya que ellos no era sólo "niños" eran productos y asesinos potenciales, entrenados desde muy jóvenes. Naturalmente, ninguno de aquellos niños vivieron normalmente, su supervivencia era su mayor prioridad y no sería culpa de nadie de allí quién moría o no.

Ninguno tuvo padres que los amaran y si, escasamente, los tuvieron y criaron, fue solamente un trauma para ellos.

Entre tanta mierda podrían pensar que la rubia quedaría más que perfecta allí, aún así ella allí también era rechazada por su poder, cuando cada uno luchaba por sobrevivir, ella apareció. La jinchuriki de 9 colas, la niña con ese desastroso y aplastante poder, las pequeñas personitas  en cuanto llegó lo supieron de inmediato, esa niña era un peligro para su supervivencia y si no la mataban, los dueños del lugar harían que ella fuera la "elegida" entonces,  todo lo que ellos habían sacrificado para llegar a estar ahí sería en vano.

Entonces en esta ocasión, se presentó un ataque fatídico y ya planeado, donde esos seres, que aún no sabía ni siquiera qué era el mundo afuera de las rejas, iban a asesinar a una niña inocente sin sangre en sus manos.

El  primer amigo de naruko, antes de que la bestia le hablara, era un pequeño zorro a quien mimó y protegió muchos años hasta que era tan grande que podía ser más alto que ella misma, él en ese momento de su vida era su todo, naturalmente era su refugio del cruel día a día dentro de aquél horrible sitio. . .y fueron sus compañeros de pesadillas quienes se encargaron de arrebatárselo antes de tiempo.

Ellos la encerraron en una vieja cabaña alejada del orfanato, no es necesario que saber como había llegado ella hasta allá, lo único que realmente importaba es que ella estaba allí, encerrada y sin poder salir, totalmente sola. . . o eso creía.

Cuando estuvo lo bastante tranquila notó como el piso estaba manchado por un líquido, al parecer era gasolina. Aunque eso no era todo. . . había algo más ¿pero que era? siguió el débil rastro de ese derrame distinto, hasta que llegó hasta un punto en el que había una ventana; iluminada con la luna brillante de esa noche, demasiado alto como para que ella llegara, pero su vista era aguda y pudo distinguir que de ahí provenían las gotas incesantes, al posicionarse debajo sintió. . . sintió algo que presionaba levemente su corazón.

Una sensación de peligro le punzaba en su cabeza. . . exacto, ese sucio instinto que solo poseen los animales, la sensación fue suficiente para que perdiera de vista lo que constantemente goteaba, ella pudo sentirlo levemente antes de ver de nuevo hacia arriba.

Naruko y solo NarukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora